Señor Director:

Espero sea breve cierto mareo de altura que hoy tiene a algunos constituyentes viéndose a sí mismos más allá del alcance de las reglas.

El respeto por las normas que nos damos como sociedad nos hace iguales. No son pocos los que en el pasado —tal vez sintiéndose igual de diferentes y especiales— también burlaron reglas y violaron acuerdos, imperando finalmente la ley del más fuerte con el respaldo del dinero, el origen, los contactos, las armas o la popularidad circunstancial.

Ni el más votado de los candidatos debiera sentirse con el derecho a no honrar las normas, menos aún si esas mismas reglas permitieron su elección. Ojalá las brisas de otoño despejen humos de algunas cabezas, para que todos quienes tendrán el privilegio de redactar la primera Constitución paritaria y participativa de nuestra historia estén a la altura de las esperanzas depositadas por millones en este proceso.

Enrique Barrera B.
Periodista