La nómina de la selección entregada por Martín Lasarte para los próximos partidos eliminatorios hay que leerla entre líneas, porque, de verdad, parece ser un buen compendio del análisis y la evaluación que ha hecho ya el DT sobre el estado actual del fútbol chileno.
De partida, los retornos de Eugenio Mena y de Eduardo Vargas no solo hay que verlos desde la lógica básica de la carencia de recambios en sus puestos, sino desde la capacidad que han tenido ambos de superar lo que parecía ser una baja irremediable de sus rendimientos en el nivel internacional. Porque si bien Mena y Vargas no son las figuras excluyentes de sus equipos, sí son piezas de importancia, en especial en momentos de mayor estrés competitivo, lo que de por sí los coloca como alternativas más que viables a nivel de selección.
No deja de llamar la atención, también, el regreso de Enzo Roco. Parece obvio que la obligada ausencia de Paulo Díaz —de gran presente en River Plate— le abrió la puerta al jugador formado en la UC. Pero con Vegas, Maripán, Medel y Sierralta parecería más que cubierto el sector de los zagueros centrales. Si Lasarte lo incluyó en la nómina, hay tres significados posibles: que Roco, tras su gran temporada en Turquía, está hoy en condiciones de pelear la titularidad para ser integrante de una pareja de centrales; que Lasarte piensa en la opción de armar alguna vez una línea defensiva de tres zagueros, o que Medel está hoy en la duda como fijo ante la gran cantidad de lesiones que ha sufrido en las últimas temporadas.
Por último, en el tema de los retornos, no deja ser llamativo el del atacante Felipe Mora, quien si bien ha tenido una especie de resurgimiento en Portland Timbers, nunca ha logrado estabilizarse en la Roja, ni siquiera siendo él la única alternativa como delantero centro (como cuando Eduardo Vargas dejó de ser considerado por Reinaldo Rueda).
En cuanto a los que esta vez fueron dejados de lado —o vistos para una próxima ocasión—, es bueno reflexionar sobre la elección de Lasarte del “tercer arquero”. Se entiende que ante la titularidad indiscutida de Claudio Bravo su primer relevo sea Gabriel Arias. Pero no es tan claro —más allá del gusto personal de Lasarte, que es algo que por cierto debe primar— que la mejor elección como el siguiente portero en la lista sea Gabriel Castellón. Y no porque no se le reconozca lo bueno que ha hecho en Huachipato, sino que por su regularidad y proyección. En lo primero, Fernando de Paul y Bryan Cortés parecen tener mejores niveles. Y si el criterio es el de tener a un joven para que se vaya fogueando, los 22 años de Zacarías López parecen más atingentes que los 27 de Castellón.
Una última reflexión. En la lista de Lasarte hay cuatro volantes centrales que teóricamente pueden ser apoyos o eventuales mixtos: Pulgar, Baeza, Galdames y Alarcón. No están Saavedra ni Gil. ¿Cuál podría ser la razón para la ausencia de uno y otro?
En el caso del mediocampista de la UC —al que muchos dicen que “hace todo bien”—, su carencia de versatilidad para desdoblarse le está pasando la cuenta en la arena internacional. Saavedra es un gran volante de corte “a la antigua”, pero le falta aprender a incorporarse en el ataque, a ser salida, pero también definidor. Finaliza poco. Menos que los convocados por Lasarte.
En el caso de Leonardo Gil, el tema parece más simple: con Aránguiz y Vidal en sus niveles actuales, tiene poco espacio aún en la Roja. Puede ser opción a ellos, sin duda. Pero no una apuesta. Al menos no para Lasarte. Y eso es lo que cuenta.