Domingo 16, lunes 17, martes 18 y miércoles 19 de mayo serán recordados en la historia política de Chile contemporáneo. El resultado de las cuatro elecciones cambió el panorama político de Chile, sobre todo mirando las futuras competencias electorales. Me refiero a la segunda vuelta de gobernadores regionales, que se efectuará en 14 de las 16 regiones el próximo domingo 13 de junio, y a las elecciones presidenciales en su primera vuelta, así como de parlamentarios y consejeros regionales que se realizarán en noviembre.
El epicentro de este cambio político ocurrió en la elección de la Convención Constituyente y, en menor profundidad, en las votaciones de gobernadores regionales, alcaldes y concejales, donde hubo una mayor continuidad relativa en la correlación de fuerzas políticas.
En términos generales, para no entrar en el detalle, la primera fuerza política más derrotada en dicha Convención fue la derecha, que en votos obtuvo el 24% y en la última elección parlamentaria, que es similar a la estructura de la elección de constituyentes, había obtenido el 38,8% de los votos. La segunda derrotada fue la Unidad Constituyente, que también bajó sustantivamente los votos en su lista con respecto a la elección anterior. Por otra parte, el bloque Apruebo Dignidad obtuvo un triunfo importante en votos constituyentes, y por sobre todo, los grandes triunfadores resultaron ser las listas de independientes, particularmente dos: la lista de Independientes por la Nueva Constitución y la Lista del Pueblo, caracterizada por su radicalidad de izquierda.
En materia de la elección de gobernadores regionales, la realidad es diferente. En la segunda vuelta de dicha elección, en la mayoría de las regiones competirán las fuerzas de centroizquierda y de la derecha, con la excepción importante de la Región Metropolitana, donde la derecha fue desplazada al tercer lugar. Asimismo, no habrá segunda vuelta en la Región de Valparaíso, donde el Frente Amplio tuvo un triunfo contundente en la primera vuelta. Por otra parte, en la elección de alcaldes y alcaldesas hay un equilibrio en los resultados, caracterizados por una disminución relativa de las fuerzas de derecha y de centroizquierda y el ascenso parcial del Partido Comunista y del Frente Amplio. Finalmente en esta materia, en la elección de concejales y concejalas, que mide la correlación de fuerzas en la base del territorio en cada una de las 345 comunas del país, la centroizquierda obtuvo la primera mayoría relativa con el 33% de los votos, la derecha obtuvo un 30% de los votos y el Partido Comunista y el Frente Amplio el 22% de los votos, obteniendo fuerzas menores caracterizadas como independientes el resto de la votación.
Con respecto a las primarias presidenciales del 18 de julio, después de lo ocurrido en esos tres días, la derecha inscribió su primaria con cuatro candidatos: Joaquín Lavín por la UDI, Mario Desbordes por RN, Ignacio Briones por Evolución Política y Sebastián Sichel en candidatura independiente. De esa primaria saldrá elegido el candidato presidencial de la derecha para noviembre acompañado por José Antonio Kast, líder del Partido Republicano, que también concurrirá a la primera vuelta. En la izquierda habrá una primaria entre el candidato del Partido Comunista, Daniel Jadue, y el candidato del Frente Amplio, Gabriel Boric. De ahí saldrá el candidato de noviembre. Falta dilucidar en ese sector si la diputada Pamela Jiles perseverará en su carrera presidencial, así como si habrá un nuevo intento presidencial por parte del candidato de Unión Patriótica, Eduardo Artés.
En la centroizquierda no habrá primarias legales, no obstante sus resultados relativos anotados más arriba en esta columna. Sin embargo, esta corriente política ya tiene dos candidaturas presidenciales: Paula Narváez, del Partido Socialista apoyada por el PPD, Partido Liberal y Nuevo Trato, y Carlos Maldonado, presidente del Partido Radical. Por otra parte, la Democracia Cristiana ha decidido postergar para más adelante su designación presidencial. En mi opinión es imprescindible que la centroizquierda tenga un candidato o candidata única en la primera vuelta presidencial y dado que no fue posible que lo anterior se dilucidará en una primaria legal, creo lo más conveniente que exista una primaria convencional entre Paula Narváez, la candidata democratacristiana que postule dicho partido y Carlos Maldonado del Partido Radical.
Aún más, creo que dicha primaria debiera ocurrir una semana antes de la primaria legal, es decir, el domingo 11 de julio, con el objetivo de también participar en el debate político y ciudadano que acompañará la primaria legal de la izquierda y derecha mencionadas y solo restándonos por disposición legal de la franja de televisión. En mi opinión finalmente, no es posible que la centroizquierda quede al margen de dicho ejercicio, como tampoco que en noviembre la ciudadanía no encuentre en el voto dicha opción.