Una de las cosas que me gusta de la vida nómade es que no hay un adiós definitivo. Sabes, he conocido a cientos de personas y nunca les digo adiós. Les digo: ‘te veo en el camino'. Y pasa. Puede ser un mes, un año o mucho más. Siempre los veo otra vez”.
Bob Wells sonríe y su barba blanca lo convierte en una especie de Padre Tiempo mientras le habla a la frágil Frances McDormand, en uno de los instantes más significativos de “Nomadland”; no por los niveles de emoción desplegados, que son altos, sino porque resulta difícil creer que esta escena fue guionizada o filmada en varias tomas. La impresión que uno se lleva como espectador es que “esto ocurrió de verdad”. Porque, claro: Bob Wells es una persona real, que ha escrito varios libros y que en los últimos veinticinco años ha defendido ese estilo de vida minimalista y sin domicilio del que habla el filme. Solo su canal de YouTube tiene medio millón de suscriptores. De modo que cuesta creer que Wells y McDormand estaban leyendo sus líneas de libreto, en vez de simplemente conversar ante la cámara de la directora Chloé Zhao. ¿Fue así como hicieron la película? ¿Dejando que la vida, las ideas y los estados de ánimo fluyesen sin restricciones frente al lente?
Complejo responder. “Nomadland” —que esta noche probablemente ganará el Oscar a Mejor Película y varios premios más—, es una película de ficción dominada por Fern (el personaje de McDormand), una viuda que abandona su hogar tras el cierre de un yacimiento minero que provocó la desaparición de su pueblo. El punto es que, en vez de irse donde su hermana o comprar casa nueva, como aconsejaría la lógica, ella opta por acondicionar su van, emplearse como temporera en las bodegas de Amazon y lanzarse a la carretera, donde se encontrará con cientos de personas que en algún momento tuvieron la misma idea.
Fern y sus circunstancias fueron creadas usando como base las experiencias de muchas personas cuyo testimonio quedó recogido por el libro-reportaje que da título a la película; pero lo realmente interesante es que, aparte de la actriz principal que la encarna, la mayoría de sus compañeros de camino en la cinta son personas reales, gente que figura en la película con sus nombres y apellidos. Verdaderos nómades que exponen su estilo de vida ante los cineastas.
Dicho todo eso, la siguiente pregunta es inevitable. ¿Qué porcentaje de “Nomadland” es ficción y cuánto tiene de documental? Y más dudas: Si hay ficción de por medio, ¿significa que tengo que creerle menos a lo que vi? ¿Por qué no hacer un documental y evitarse problemas? Al clasificarla como ficción, ¿significa que estoy aspirando a una audiencia más grande que si la estrenase como documental?
Chloé Zhao ya se había sometido a esas interrogantes a propósito del estreno de “The Rider” (2017), su cinta anterior y magistral neowestern acerca de un jinete de rodeo que debe renunciar a su pasión por la competencia, después de sufrir una gravísima caída en la que resultó con daño cerebral. Es la misma tragedia que vivió y que vive Brady Jandreau, protagonista del relato; y la cosa no se detiene ahí: la familia de Brady en la película es su verdadera familia, los caballos que monta son los de su granja y los amigos que deja atrás, sus verdaderos amigos. Así, “The Rider” y todo lo que contiene en su interior se convierte en una gran galería de espejos en la que personas, objetos y hechos reales emergen magnificados, fragmentados, desarmados y vueltos a armar. Qué duda cabe, es mejor filme que “Nomadland” —su lirismo se despliega furioso y triste por la pradera, sin caer en efectismos—, aunque de paso ayuda a clarificar el estatus de esta última como un híbrido de géneros al que la Academia premiará sin culpa alguna.
No debería tenerla. Todo indica que en el corto y mediano plazo nos seguiremos encontrando con esta clase de fusiones. Así como “Nomadland” se autodefine como una ficción que fue compuesta a partir de elementos documentales, bien podemos decir que nuestro “Agente Topo” es un documental que utiliza estructuras narrativas propias de la ficción. En algún punto del camino, los trayectos de ambas producciones se intersectan y una película se refleja en la otra, antes de seguir sus respectivos caminos.
Nomadland
Dirección de Chloé Zhao.
Con Frances McDormand y Bob Wells.
Estados Unidos, 2020, 108 minutos.
Disponible para compra digital en Amazon.com
DRAMA