Señor Director:

La semana pasada, mientras se discutía el impuesto a los “súper ricos” propuesto por representantes del PC, distintos titulares de prensa sugerían que el último informe del FMI validaba la idea: “FMI propone un impuesto temporal a los ricos”. Sin embargo, leído de manera íntegra, los titulares debieron ser otros. El FMI considera al impuesto a los “súper ricos” un impuesto poco eficaz, potencialmente dañino y de último recurso.

¿Qué dijo realmente el FMI? Primero, que los impuestos a la riqueza han decaído, principalmente por su difícil implementación. Segundo, que hay que considerar cuidadosamente sus costos y beneficios. Y tercero, que múltiples factores pesan contra su eficacia, particularmente la dificultad de valorizar activos y de recabar información.

Adicionalmente, el FMI estimó que un impuesto patrimonial de 1% podría recaudar entre 0,4% y 0,6% del PIB. Pero su estimación excluye el efecto de “respuestas conductuales”. Con ello, advierte de manera elegante que su estimación tiene escaso valor predictivo, especialmente considerando que sus observaciones previas apuntan a la existencia de “respuestas conductuales” significativas.

Finalmente, el FMI recomienda no introducir nuevos tributos cuando existe la posibilidad de utilizar otros mecanismos. Ello incluye eliminar deducciones o exenciones a los contribuyentes de mayores ingresos, cerrar lagunas, aumentar la progresividad del impuesto a la renta y utilizar la tributación a la propiedad y herencia (solo si estuvieren subutilizadas).

En definitiva, dada la discusión en Chile, los titulares sobre el informe del FMI debieran haber sido: “FMI recomienda revisar exenciones y evitar impuesto a los súper ricos”.

Alex Fischer
Abogado