En su último reporte semestral de “Perspectivas de la economía mundial” (WEO en inglés), el Fondo Monetario Internacional (FMI) no solo revisó al alza las proyecciones agregadas de crecimiento de la economía chilena, sino que también entregó estimaciones sobre niveles de productividad y desarrollo económico del país.

Según cálculos del ente internacional, este año el indicador denominado PIB per cápita cerraría en US$ 24.928,2, lo que significará quedar solo US$ 41 por debajo del nivel alcanzado en 2019 —año que en su etapa final estuvo marcado por la crisis social—.

En las mismas simulaciones el FMI prevé que el próximo año la renta per cápita de Chile logrará superar los niveles de hace dos años, llegando a US$ 26.194,9. En todas esas proyecciones la economía chilena se mantiene a la cabeza de América del Sur, pero por debajo de otros países como Panamá.

También se realizaron proyecciones de mediano plazo, las que indican que recién en 2026 el país superará el umbral de ingresos de US$ 30.000 per cápita, siendo la primera nación de la región en lograr ese nivel. Cálculos previos del mismo FMI indicaban que esa meta se lograría en 2022, pero la crisis generada por la pandemia obligó a postergar dicho pronóstico.

“Suena una meta exigente. La incertidumbre es aún elevada y enfrentamos un proceso constitucional que ha introducido cautela en las decisiones de inversión de algunos sectores. Solo en la medida en que rápidamente se instalen el diálogo y los acuerdos en este proceso tras la elección de constituyentes, ese objetivo para PIB per cápita (de US$ 30 mil al 2026) será alcanzable”, advierte Sergio Lehmann, economista jefe del BCI.

Patricio Rojas, de Rojas y Asociados, no ve factibles los cálculos del FMI. “Hace rato que se viene diciendo que Chile va a alcanzar esos niveles de PIB per cápita. Son estimaciones que hace el FMI en base a supuestos que hoy son difíciles de ver que se vayan a cumplir. Para poder crecer sobre el 3% (de PIB potencial), requerimos tener mayores niveles de productividad y hoy eso no se está observando. Adicionalmente, está el tema de los cambios políticos, lo que va a generar incertidumbre en la inversión para los próximos años”, señaló.

Más escéptico con las proyecciones sobre PIB per cápita se mostró el economista sénior de LyD, Tomás Flores: “Creo que la incertidumbre política sobre la nueva Constitución impide realizar proyecciones para el mediano plazo”.

Mejora en el PIB

En su reporte, el Fondo mejoró su proyección de crecimiento para la economía de Chile, por tercera ocasión consecutiva. En enero estimó una expansión de 5,8%, en febrero de 6% y ahora prevé un alza del PIB de 6,2% para este año.

Para 2022, el organismo estimó un aumento de la actividad productiva de 3,8%, siendo una leve mejora respecto del último reporte.

Mientras que para la economía global, el FMI proyectó un aumento del PIB de 6% este año, unos 0,5 puntos más respecto a la última proyección de enero, y de 3,8% el próximo año.

De esta manera, la economía chilena, de acuerdo a las estimaciones del ente internacional, este año crecería por sobre el promedio estimado de alza del PIB mundial. Similar hecho ya ocurrió en 2018.

El FMI destacó que la correlación entre el rumbo de la pandemia y el rendimiento de la economía va a tener algunas excepciones en Latinoamérica y citó a Chile, Costa Rica y México. Como contrapartida, reparó en que “la mayoría de los países no han asegurado suficientes vacunas para cubrir a su población”, advirtió el Fondo.

Patricio Rojas afirma que la estimación del FMI para Chile este año tiene sustento en el avance del proceso de inoculación contra el covid. “Los fundamentos están por el lado de la vacunación. Se espera que la economía chilena a mediados de este año ya tenga un porcentaje muy alto de la población con las dos dosis, por lo tanto, eso significaría que la inmunidad de rebaño se conseguiría hacia el mes de junio o julio. Ello implicaría que la economía se mueva con normalidad durante la segunda parte del año, abriendo sectores que hoy han sido postergados como los servicios”, dice.

Tomás Flores coincide en que “la corrección al alza hecha por FMI se sustenta en que a fines del segundo trimestre tendremos 15,2 millones de vacunados, lo cual permitirá que el segundo semestre exhiba una reactivación vigorosa motivada por el cese de la mayoría de las restricciones que hoy nos agobian”.

Sergio Lehmann dice que en BCI no descartan “una expansión de 7% (este año) en caso de un crecimiento global más sólido, con un precio del cobre que se sostiene sobre US$ 4 la libra y un escenario doméstico, desde el punto de vista sanitario y social, más favorable”.

Riesgos

La economista jefa del FMI, Gita Gopinath, advirtió que las perspectivas mundiales están rodeadas de un alto grado de incertidumbre. “Un avance más rápido de la vacunación podría mejorar los pronósticos, en tanto que una mayor prolongación de la pandemia con variantes del virus que no puedan prevenirse mediante las vacunas podría provocar una drástica corrección a la baja de los pronósticos”, dijo.

Añadió que las recuperaciones a distintas velocidades podrían plantear “riesgos financieros si las tasas de interés siguen subiendo en Estados Unidos de formas imprevistas, lo cual podría provocar una corrección desordenada de los activos sobrevalorados, un abrupto endurecimiento de las condiciones financieras y un deterioro de las perspectivas de recuperación, especialmente para algunas economías de mercados emergentes y en desarrollo muy apalancadas”.