Nueve centros chilenos de investigación trabajan con la fundación francesa Tara Ocean. Esta controla el velero-laboratorio “Tara”, hasta ayer en Puerto Montt. (En http://bit.ly/3rVjN5zse puede seguir.)
“Tara” alimentará hasta el año 2022 la obsesión de más de 200 científicos: la vida mínima, el microbioma oceánico (https://bit.ly/38OrrHo), su rol y su capacidad para mitigar el cambio climático. Navegará con sus instrumentos, algunos instalados por chilenos, alrededor de Sudamérica y, en diciembre, desde la Antártica partirá a la costa africana: 70 mil km en total.
“Ante la inmensidad de los desafíos ambientales, decidimos mirar lo pequeño”, afirma la Fundación Tara. Mil millones de organismos viven en cada litro de agua de mar.
Los microorganismos equivalen a 2/3 de biomasa marina, son el primer eslabón de una inmensa cadena alimentaria. Además, las microalgas, las bacterias fotosintéticas, captan el carbono de la atmósfera y entregan la mitad del oxígeno que respiramos. El plancton absorbe 25% del CO{-2} emitido por la humanidad. Frente al sur chileno hay zonas desprovistas de oxígeno. ¿Por qué? El funcionamiento de toda esta máquina está descubriéndose.
Los socios chilenos de “Tara” forman el consorcio de investigación Ceodos (ceodoschile.cl). Se concentrarán en muestras de organismos filtrados en 5 tamaños (desde virus hasta crustáceos), en microplásticos, en patógenos. Medirán el carbono capturado entre la Antártica e Iquique. Buscarán especies que podrían usarse para mitigar el cambio climático.
Expertos en el océano, biología marina, genómica, modelamiento matemático, inteligencia artificial, clima, ocuparán años en analizar los millones de datos, que serán públicos.
Camila Fernández, oceanógrafa de la U. de Concepción, y Alejandro Maass, de la U. de Chile, coordinan la misión. “Ceodos busca monitorear el océano chileno cada 5 años y así seguir su transición hacia la nueva normalidad que trae el cambio global”, declara ella.
Maass, matemático, calcula que “tenemos la oportunidad de generar modelos e información únicos para entender la relación océano-clima-biodiversidad”. Este megaproyecto esbozará la humanidad del futuro, es tan importante como secuenciar el genoma humano, afirma. Celebra la transdisciplina en el empeño de “Tara”.
En “Tara” considerarán los aportes del Instituto Milenio de Oceanografía: Nature Communications publicó hace 8 días la dinámica del CO2 en aguas carentes de oxígeno; los Proceedings PNAS, hace 7 días, el descubrimiento de nuevas cepas de cianobacterias Prochlorococcus que habitan aguas deficientes en oxígeno (bit.ly/38N28FF y bit.ly/3bYewoa).
Las 36 instituciones comprometidas, además, llaman a artistas que quieran navegar en “Tara” y expresen desde su intuición lo que vivan.
Toda la inmensa operación es pública, con proyectos para estudiantes en los colegios, para la gente toda, con participación virtual en la expedición.
Para intervenir como humanidad en un crucial misterio en movimiento.