Esta película argentina, que podría calificar en el género de acción, transcurre en el interior del Parque Pereira Iraola, donde son miles de hectáreas dentro de la provincia de Buenos Aires, y se trata de una reserva de la biosfera, un territorio de guarda y protección de decenas de animales.
No es más que un puñado de personajes, y es un relato especialmente parco y de pocas palabras, que se ciñe al carácter de Pablo Silva (Rodrigo de la Serna), un guardaparques recién llegado, aunque de forma temporal, mientras se resuelve un asunto administrativo previo, donde hubo violencia y policías.
Es un parque nacional enorme, el ingreso consiste en un pórtico que imita a un castillo y sus torres, y en el pasado, porque lo menciona Mariano (Facundo Aquinos), un empleado del lugar, estuvieron los apellidos de la familia que dio nombre al parque nacional y que fue una de las más ricas de Argentina.
Junto a la reserva hay un recinto militar, con poco movimiento y casi abandonado, y entre los bosques y la selva, algunos habitantes pobres, y tan pobres como el edificio del veterinario, la derruida cabaña donde se aloja Silva o el jeep que funciona apenas y a veces.
“Al acecho” asume el manto de carestía y pobreza, son uniformes sucios y ajados, donde hay muy poco que hacer y solo contemplar pasar los días y vigilar a los visitantes, gente de paseo y pícnic.
El que se mueve es el protagonista, pero cada uno de sus movimientos es ambiguo y ninguno es claro, acaso turbio, porque sus intereses se descubrirán muy a poco y a medida que se cuente la historia.
La verdadera índole de Silva es el misterio y la película propone desentrañar esa condición escondida, por cómo se relaciona con su colega Camila (Belén Blanco), el mencionado Mariano o su jefe Venandi (Walter Jakob), o esas incursiones en solitario por una naturaleza de árboles, pantanos y enredaderas, por donde los sonidos nítidos y únicos son de animales: chillidos, cantos y aullidos.
En lo más profundo hay jaulas oxidadas, cazadores furtivos que parecen mendigos y tanta construcción, que si alguna vez sirvió de algo, ahora no es más que pasto del agua, el desamparo y las enredaderas. Un poco como los personajes del lugar y acaso, esto es lo entrañable de la película: contar una historia que nunca será noticia.
Es difícil pensar que en un paraje donde la realidad del parque es tan precaria, aunque con subtítulo ambicioso —reserva de la biosfera—, pueda existir algún gesto de grandeza.
Algo que merezca la pena, para esas vidas mínimas y aisladas, donde a nadie parece importarle nada.
“Al acecho”, de Francisco D'Eufemia, que antes codirigió “Fuga de la Patagonia” (2017), está concentrada en un personaje enigmático y en los misteriosos motivos que mueven a un hombre: las razones de Silva.
“Al acecho”. Argentina, 2019. Director: Francisco D'Eufemia. Con: Rodrigo de la Serna, Belén Blanco, Walter Jakob. 85 minutos. En Netflix.