Me veo como constituyente; pese a no tener piano, tengo dedos para el piano; pese a carecer de cosas, pido que las cosas, alguna vez, se me den.
He aquí mi biografía, resumida y fácil de leer.
En el tiempo cuando fui niño (aunque usted no lo crea), en los juegos infantiles, preguntaban qué quieres ser cuando grande, y yo decía Presidente de la República, así que desde chiquito tuve vocación pública.
De esa época, también recuerdo, que se tiraba una pelota al aire y cada niño y niña elegían país. En una ocasión escogí la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas, porque si era largo el nombre, pensé, me daba más tiempo para escapar. Fue un error, le decían Rusia, me pillaron antes y me taparon a golpes de pelota. Hasta creo que me patearon.
Tengo trayectoria, condiciones y puedo ser tu constituyente soñado. No busques más. En la categoría que me necesites digo presente y luzco méritos de sobra, así que elíjeme con confianza, porque ya estoy cansado de una larga vida como independiente, quiero que me aproveches y dormir sobre esos verdes laureles.
En lo sustantivo y adjetivo, soy el hombre de moda para esta etapa histórica que culmina el 11 de abril del 2021, cuando sea la elección de los constituyentes. Pónganme en cualquier lista. No defraudaré.
Soy tan recontraindependiente, que puedo ser lo que quieras.
Desde luego, un falso independiente, porque así de amplia es mi maestría, disfrazado de justo o camuflado de imparcial. Un vendepomadas, un lisonjero de palacio, progresista con filtro, traficante de humo, liberal con mascarilla, demócrata por necesidad vital, chupamedias de amplio espectro, gato de think tank, correveidile de colección y digamos que mi especie viene de antiguo, porque soy un timbre de micro de la clase ojo, tire y suelte, que creía estar en extinción, pero ahora me regenero aceleradamente, porque entiendo que precisan candidatos múltiples, nuevos, gente distinta, poco vista y sobre todo fresca: cuenten conmigo.
Dentro de un partido político, el que sea.
Integrado a una coalición, me da lo mismo cualquiera.
Si es por fuera o por el lado, por debajo e incluso por detrás. Adosado, acoplado, asociado o como compañero de gruta y procesión.
También con luces propias, desde la soledad de la noche o a pleno sol, en toda condición atmosférica, repito, estoy disponible para ser el constituyente ideal.
Así que les digo a mis competidores que cuidado conmigo.
Le advierto al escritor de requesón, al astrónomo vidente, al líder retirado y dormilón, al cientista al por mayor, al profesor de poncho y camote, y a tanta actriz apolillada, que yo también voy en la parada.
Estoy disponible como chueco de provincia, encapuchado neutral, y advierto que soy en extremo tolerante, en ocasiones loco suelto y a veces loca suelta, depende, y según como se me den las cosas.
A todos los entiendo, cobijo y atiendo.
Digan que soy independiente.
Un tramposo ecuánime que no le hace daño a nadie.
Un equilibrado por conveniencia y les pido su confianza.
Equitativo hasta la penúltima gota.
Soy el flojo intelectual que anima las veladas.