Esta aventura se nutre con lo que en España se conoce como tebeos, es decir, revistas de cómic o historietas gráficas, en cuya cúspide hay un superhéroe y bajo el laberinto de su sombra, o al revés, se construye un poderoso villano.
David Galán Galindo, en su primera película en solitario, llevó al cine su novela, publicada el 2016, y en el rabillo de las imágenes están las alturas de Madrid y “El día de la bestia” (1995) de Alex de la Iglesia, y el personaje de Santiago Segura, un comerciante desgreñado que vive y admira el death metal.
A la hora de buscar conexiones con este género de lo friki y con los feligreses de los superhéroes que son coleccionistas obsesivos y grandes rastreadores de primeras ediciones, se puede mencionar otra película de De la Iglesia, la primera: “Acción mutante” (1993), y también la que dirigió un chileno por esos pagos: Nicolás López y “Santos” (2008).
El trío que debe resolver los crímenes lo componen David Valentín (Javier Rey), detective responsable y bien trajeado, más un colega por jubilar, Cosme (Antonio Resines), que aporta a su hijo Jorge (Brays Efe), el dueño de una tienda especializada en cómics y disfraces y alguien de memoria prodigiosa que integra la tribu de los raros y los parias.
Es un caso de crímenes en serie, donde el asesino no mata según los siete pecados capitales, porque eso es fácil de seguir, sino según algo tan específico como los orígenes de los superhéroes: Hulk, Iron Man o la Antorcha Humana.
La película está repleta de referencias a las historietas y de paso desmenuza una secuencia ritual en tantas películas del género policial y no digamos en las series, sean nórdicas, mediterráneas o latinas, donde son inevitables los médicos forenses que describen latamente y con detalles terroríficos las causas de la muerte, mientras el cuerpo yace desmembrado y desnudo sobre una camilla.
Jonathan Bruguera (Ernesto Alterio), el forense de la película, convierte sus intervenciones en un episodio cómico, donde el apellido del personaje remite a la editorial española que durante décadas se distinguió por su división de historietas nacionales y extranjeras.
“Orígenes secretos”, con algún personaje, exagera y carga en exceso la tinta: Norma (Verónica Echague), la jefa de la policía, y es cierto que la narración sufre baches y desvíos que entorpecen el cuento y su avance, pero pese a eso, es lo que promete: una película divertida y con conciencia de la tontería, que se ríe del género, del mundo friki y de los superhéroes, pero siempre con respeto.
Hay que advertir que al final de los créditos, en el último minuto y medio, hay imágenes, personajes y un cuento breve, al igual que en las grandes producciones con superhéroes. Si esperó y se quedó con las de Marvel, también debería hacerlo ahora, es por costumbre, aunque ahora sea otro el cantar: apretar y adelantar.
España, 2020. Director: David Galán Galindo. Con: Javier Rey, Verónica Echegui, Brays Efe. 97 minutos. En Netflix.