Recién el miércoles pasado esta columna se refirió a presidentes históricos de la ANFP. La idea era no volver a tocar el tema, algo bastante difícil atendiendo a que el mundo directivo siempre está dando motivo para decir alguna cosa y, en una de esas, sucede algo positivo.
Y sucedió, a menos de siete días, con el anuncio oficial de la postulación de Pablo Milad, junto con su renuncia a la Intendencia del Maule. No es nuevo el intento: ya había sido candidato en 2016, cuando perdió ante Arturo Salah (28-16), haciendo duras declaraciones, como que a cambio del voto “se ofrecieron favores políticos” y que poseía “audios de las conversaciones”.
Precedido de su gestión al frente de Curicó Unido (donde asumió en 2014), su aparición en Quilín fue llamativa por la espera permanente de caras nuevas que puedan salvar al fútbol (o al país, según el caso). Sus acusaciones, ciertas o infundadas, se consideraban propias de un candidato limpio.
Sus antecedentes personales y públicos reafirmaban esa imagen. Es muy sugerente su currículum de Wikipedia, que lo muestra como egresado de Educación Física de la UTEM, Master en Fisioterapia y Doctorado en rehabilitación neurosicomotora en una U de Barcelona y Posgrados en París y Lisboa. Profesor en la U Autónoma de Barcelona.
Y como competidor deportivo también se lo cita, sin detalles, como campeón sudamericano de lanzamiento de la bala y, hace seis años, campeón en torneo nacional senior de los cuatro lanzamientos combinados y recordman, desde hace cinco, de la bala en mayores de 50. Como basquetbolista, se agrega, compitió en la Dimayor defendiendo a Liceo de Curicó.
Un currículum notable, que también contempla lo social (asesor de COANIL), lo político (militante de Evópoli) y lo empresarial (socio de una distribuidora y productor de champiñones). En 2018 asume como Intendente del Maule y el año pasado su nombre fue considerado como candidato a Gobernador regional, lo que descartó. Dos años antes fue proclamado precandidato a diputado, pero no llegó a ser candidato.
Se lo destaca también como cercano a la gestión de rendimiento empresarial (el software BPM), seguramente de gran utilidad en la dirección de una agrupación de sociedades anónimas como la ANFP. Uno de los puntos principales del programa apunta a la reducción de costos, lo que tal vez interese al Sifup.
Lo concreto es que hoy se hace efectiva su renuncia a la Intendencia del Maule.
Una decisión que, al parecer, no fue fácil, ya que la había descartado en octubre de 2018, cuando decidió no postular a las elecciones de la ANFP:
“No tengo intenciones de competir con nadie, quiero trabajar aquí tranquilamente. Me encanta el fútbol, tengo bonitos recuerdos con el fútbol, y voy a seguir teniendo los muy buenos amigos que he tenido siempre”.
Sumaba, además, una razón poderosa:
“Por mi compromiso con mi región del Maule y por la confianza que el presidente Piñera depositó en mí, permanezco siendo el intendente regional”.