En el actual momento que vivimos a raíz de la propagación del covid-19 en el mundo, con lamentables consecuencias humanas, sociales y económicas, surgen voces alertando sobre los graves efectos de la pandemia e incluso advirtiendo sobre el eventual rebrote de nacionalismos, el término de la economía globalizada y el cierre de las fronteras al comercio internacional.
Existe entonces el riesgo de repetir errores de crisis pasadas. De la noche a la mañana, junto con esta pandemia que ataca al mundo, se cuestiona la globalización y el multilateralismo. La OMC estima que el impacto de esta crisis en la economía mundial significará una caída de entre el 13 y el 29 por ciento del comercio a nivel mundial y que la evolución económica dependerá de las decisiones que adopten las grandes potencias y su influencia global.
Chile basa su desarrollo en el comercio exterior de bienes y servicios, que representan, incluyendo la inversión extranjera, más del 80% del Producto Interno Bruto (PIB). Así, nuestro comercio exterior es y será un factor clave para el desarrollo y bienestar futuro del país y su gente.
Por lo tanto, en momentos en que arrecia la incertidumbre en diversos ámbitos, nuestro país debe seguir fortaleciendo sus vínculos con las economías mundiales. El esfuerzo y la inversión de las últimas décadas en insertar su economía a nivel mundial, y que queda reflejado en la suscripción de 29 tratados de libre comercio con más de 65 países, han sido enormes y sus resultados muy positivos. Estos tratados nos conectan directamente con el 65% de la población mundial y con el 88% del PIB global.
No obstante, tenemos múltiples desafíos en el ámbito del comercio exterior, que deberíamos comenzar a trabajar para ponernos en marcha una vez acabada la pandemia. Debemos consolidar y ampliar los acuerdos comerciales ya suscritos y materializar nuevos tratados con la comunidad euroasiática y los Emiratos Árabes Unidos. Asimismo, es importante modernizar los acuerdos con la Unión Europea, India y Corea. Y finalmente, el Senado debe ratificar la suscripción del tratado de libre comercio TPP11, que permitirá a Chile acceder a un mercado de más de 500 millones de personas y exportar más de 3.100 productos con arancel cero, generando un aumento de empleos y favoreciendo la integración con las cadenas productivas del Asia Pacífico.
Para el correcto funcionamiento de todos estos acuerdos, necesariamente tenemos que fortalecer el rol de los organismos multilaterales como la OMC y seguir participando en los foros internacionales que defienden el multilateralismo.
En efecto, Chile cumple también un rol articulador en la relación económica de Latinoamérica y el Asia Pacífico, que requiere que fortalezcamos nuestras oficinas comerciales, dotándolas de las capacidades necesarias para adaptarse rápidamente al nuevo entorno pospandemia y satisfacer las necesidades de los diferentes mercados. También debemos consolidar nuestra relación bilateral en Latinoamérica, especialmente con nuestros países vecinos, además de Brasil, Colombia y México. Para favorecer esta cooperación regional, debemos impulsar la construcción de una moderna red de infraestructura y comunicación aérea, terrestre y portuaria, pues, sin duda, es la mejor forma de integrarnos, crecer y desarrollarnos a través de un esfuerzo recíproco.
Junto a los esfuerzos de las autoridades, las relaciones económicas internacionales requieren del diálogo y la participación coordinada del sector privado y dirigencias empresariales. Ello permitirá no solo incrementar nuestro intercambio comercial, sino generar inversiones de largo plazo y construir relaciones de confianza. Debemos buscar puntos de convergencia, que favorezcan el desarrollo económico en un marco de sostenibilidad y responsabilidad.
Hoy, la matriz productiva de nuestro país requiere que seamos capaces de proyectar nuestras relaciones económicas internacionales en condiciones inciertas, difíciles e inéditas. Requerimos contar con nuevos acuerdos y una mayor conciencia de la importancia estratégica de abordar el comercio exterior, respondiendo a los nuevos desafíos que presenta el mundo que comienza a delinearse.
Juan Eduardo Errázuriz O.Charles Kimber W.
Copresidentes Consejo de Relaciones Internacionales Sofofa