En Peñalolén hubo un local llamado Sushistoso. Inolvidable, el nombre. También hubo allí uno de comida mexicana. Ahora se trata de pizzas. Les salen harto bien y, con algunas mejoras, mejor lo harían.

En este caso se solicitó vía Rappi (costo de envío $1.300), porque aunque la comuna no está en cuarentena, hay que guardarse igual. El problema es que de lo ofrecido a través de esta plataforma, que no es ni tanto, a cada rato salía que esa pizza en particular no estaba disponible. Hubo que limitarse a las respuestas positivas. Y lo otro, absurdo: si ponen como opción para llevar un postre caliente —el volcán de chocolate— y antes de mandar el envío sugieren telefónicamente que vaya sin el helado, “porque quedará todo sopeado” se dijo, y con toda razón, entonces ¿quién fue el genio que lo puso para delivery? En fin.

Se escogieron tres pizzas distintas (a $9.900 cada una) y unos palitos de ajo ($3.490) que de ajo, poco y nada. Además se escogieron los veganos y ¿qué diferencia tenían con los normalitos? Cero explicación. Y venían con una cuota de aceite de oliva que no estaba malo, pero que sí era de una acidez baja. ¿Qué significa este tecnicismo? Que en vez de ser más liviano y con notas a rúcula, por ser, se sentía pesado y con el sabor de una aceituna muy madura. Dominante, y no es la idea.

De las pizzas, una era la homónima —con su twist, bautizada como La locura de Juana—, con jamón serrano, láminas de palta, cebolla caramelizada y —se supone, pero no se sintió—, unos toques de grana padano. Otra fue la Sueño veggie, con champiñones, choclo, tomate cherry y cebolla caramelizada. Y para completar la trilogía, una con tomate cherry, albahaca y un chorrito abundante y bien presente de pesto, lo que sumado a la albahaca es un pleonasmo, pero bueno: esa es la De Nápoles.

Las masas, el tamaño, la cantidad de queso y la calidad de los ingredientes estaban más que bien —hay que consignarlo— pero cambien de aceite por favor. Porque si la base funciona, y así es, falta puro afinar. Y ofrecer un postre cuya mitad no se derrita (y por $4.500).

Mariano Sánchez Fontecilla 11890, Peñalolén. WhatsApp +56 9 3363 2253.