Hay una maldición china que desea, ojalá, que al destinatario de los malos deseos le toque vivir “tiempos interesantes”. No hay que estar maldito para darse cuenta de que en eso estamos, relegados a nuestras casas —cuidándonos y protegiendo a los nuestros— y con la sola posibilidad del delivery para probar algo hecho por un otro. Y mientras algunos restaurantes se pliegan con urgencia a este formato, hay otros que lo han hecho parte fundamental de su existencia. Uno de esos lugares es Crudo sin censura.
Lo primero es, obviamente, ir a su sitio (no todo el mundo es parte de las redes sociales de forma activa). Allí se pueden leer algunas respuestas a “Preguntas weo…”, como las catalogan de antemano. Jo jo. Oh, pero qué graciosos. ¿Será que por eso son “sin censura”? Lo que sí hay son respuestas acordes a su definición de las preguntas, ya que si se pide el limón aparte, la porción de carne cruda baja de 200 gramos a 165 aproximadamente, según ellos. Y una cosa es que el limón sea caro, pero eso no quiere decir que también sea tan pesado. En fin.
En esta ocasión se pidieron tres preparaciones: un crudo de carne para uno ($7.890), un cebiche de salmón ($8.990) y un tártaro de atún ($9.900). Se paga en línea, con la posibilidad de incluir la propina. Y en este caso, el pedido llegó antes de media hora. Maravilloso. El único problema es que junto con las proteínas principales vienen un montón de potecitos. Y hay que descubrir cuál corresponde a cada preparación. Bueno, actualmente hay tiempo de sobra para la creatividad.
Primero lo mejor: el tártaro de atún. Buen pescado fresco, en trozos ni tan chicos ni tan grandes que fueran molestos, con palta y algún espolvoreo de sésamo. Sobre los gramos, bueno, igual sería bueno saberlo. Lo que sí quedó en claro que el cebiche de salmón era más grande, con cebolla morada pluma y bien aliñado —su cilantrito—, con algunos camarones extra y palta también (rico, pero raro). Y no venía sobrecocido en limón. Finalmente, la carne: bien, magra, con los aditamentos necesarios para el hágalo uno mismo. Todo ok —ají y cebolla, más una salsa—, pero el pepinillo, plis, sería mejor que viniera en cubitos en vez de rodajas. Gracias.
Sobre los panes anexos, un ciabatta fresco y unos de molde que fueron más lozanos.
En general, recomendable, aunque comparado con precios de restaurantes —difícil en estos días, además—, no es que uno se ahorre los costos asociados con el delivery. Y, eso sí, vaya la recomendación, tenga a mano el molinillo de pimienta para enchular.
Info en www.crudosincensura.cl