Señor Director:

Los gobiernos y los científicos se desbordan intentando combatir esta pandemia y enfrentar de la mejor manera esta crisis impredecible que nos tiene a todos en una especie de jaque mate.

Los países, todos a su propia manera, implementan restricciones al quehacer propio de la vida urbana, que sin este horror del coronavirus, serían impensables en cualquier tipo de democracia.

No necesitamos consultar a grandes economistas para caer en la cuenta y entender que estas restricciones de confinamiento, probablemente la mejor solución sanitaria, tienen sus días contados. Sabemos que es inviable, pero no sabemos cuál es el plazo. Entonces la cuestión va a estar estos días en cómo intentar medir el aguante desde el punto de vista social y económico. ¿Habrá que pensar ahora en confinamientos intermitentes, de manera de protegernos todos y no morir en el intento?

Aún nadie encuentra la fórmula para contener el virus, pero tampoco nadie ha encontrado la fórmula en nuestra historia para vivir y sobrevivir confinados a pesar del avance de la tecnología y las redes. ¿El huevo o la gallina? 

Gonzalo Mardones V.
Arquitecto