Señor Director:

Con enorme alegría por mis colegas artistas de Chile, me he enterado del apoyo que el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio ha anunciado para ellos y las instituciones culturales de nuestro país. Se han levantado también voces que, desde el desconocimiento, han criticado la medida. Para ellos algunas referencias.

Es un error asociar el arte y la cultura a un sector político específico, pero es aún más grave querer castigarlo por ello. El arte y la cultura están por sobre cualquier pensamiento político, pues son transversales y para todos.

El trabajo u oficio artístico es quizás una de las labores más inestables, menos valorada en países como el nuestro y que al mismo tiempo requiere no solo de una mayor dedicación y tiempo, en comparación con casi cualquier otra profesión, sino que de una alta y profunda especialización de largos años. Es justamente esto último lo que nos lleva, a quienes hemos dedicado la vida al estudio de un instrumento, a quedar prácticamente en el limbo laboral a la hora de tener que buscar alternativas de trabajos cuando no podemos ejercer nuestra labor artística; las opciones de trabajo para un especialista de este tipo se reducen a su mínima expresión.

Esta crisis nos ha golpeado a nivel global; en EE.UU., por ejemplo, país donde resido, se han debido cancelar todas las temporadas de ópera, conciertos y eventos culturales, con el anuncio además de que no podrán pagar a sus artistas los salarios comprometidos. La mayoría somos independientes y uno o dos contratos pueden significar el presupuesto familiar para varios meses. Cientos de artistas de primerísima línea a la deriva en la total incertidumbre; muchos de ellos incluso debiendo dejar sus casas al no poder pagar sus rentas, una situación terrible y caótica.

El valor del arte y la cultura dentro de una sociedad, la riqueza inmaterial que trae al alma y espíritu la música y otras disciplinas artísticas, son ciertamente invaluables y no cuantificables.

En tiempos de crisis e incertidumbre, la solidaridad y empatía son grandes aliados. Saldremos adelante con la ayuda de Dios, la función debe continuar.

Javier Arrey
Barítono Metropolitan Opera House, Nueva York