La participación de los equipos locales en la Copa Sudamericana sembró optimismo antes del estreno de los cuadros nacionales en la fase de grupos de la Copa Libertadores. Más aún después de comprobar que Palestino “se eliminó” ante Guaraní. Pero el torneo que se inició proporciona otros condimentos, una dinámica distinta, además de una lógica implacable.
Universidad Católica y Colo Colo cayeron en su debut en la Libertadores de manera inapelable, aunque la diferencia de los rivales ofrece un matiz. La UC es el bicampeón de nuestro medio, pero en esta ocasión sucumbió ante un rival muy superior. Internacional, con Paolo Guerrero de estandarte en el ataque, y el adn de su entrenador, Eduardo Coudet, se apreció enorme desde el inicio en el Beira Rio.
En diez minutos se desplomó el conjunto de Ariel Holan, que careció de respuestas para contraatacar. Lo pasó muy mal en el cuarto de hora inicial, sobrevivió después hasta los 60, pero después estuvo cerca de la catástrofe. Bajas individuales, errores no forzados, amplificaron la debacle cruzada en la última media hora.
Con realismo, después de esta primera fecha, en la que Gremio se impuso a América de Cali en condición de visitante, la impresión es que la Católica y los caleños lucharán por el tercer lugar, que permite seguir en la Copa Sudamericana en el segundo semestre.
Lo anterior no implica que los franjeados no levanten su rendimiento, en especial fuera de casa. El año pasado en la Libertadores y en la Sudamericana la campaña en el exterior fue paupérrima. Holan habló de ser competitivos y, al menos en el comienzo, se pareció a un cuadro tímido, entregado a su suerte o a lo que resistiera su arquero, Matías Dituro. Vencer a América es un imperativo no solo por la opción de mantenerse con vida en la Copa, sino también porque establecería que en la caída del martes se conjugó una mala noche y un adversario poderoso.
En el caso de Colo Colo, el primer dato es que el club más ganador de nuestros país, no puede caer de la forma que lo hizo en Cochabamba. Jorge Wilstermann juega en altura, dispone de varios seleccionados bolivianos, pero en nuestra competencia pelea el descenso.
No extraña la derrota de los albos. Esta campaña vencieron a Palestino y luego cosecharon un triste empate con Universidad de Concepción y cayeron ante Cobresal, Audax Italiano, Universidad Católica y Curicó Unido. El alejamiento de Mario Salas marcó un hito, pero las faenas individuales exhiben tal nivel de pobreza que cuesta ver cómo salen del foso en Macul.
En el primer fin de semana de marzo, los números son categóricos: el Cacique está fuera de la discusión por el título. Con cuatro puntos, cuando transcurren recién siete jornadas, pensar en la vuelta olímpica es una quimera. En una zona donde Atlético Paranaense, luego de su victoria sobre Peñarol, demostró estar un peldaño arriba, el conjunto popular requiere abocarse a superar la primera fase y apuntar al segundo cupo en la Copa Libertadores 2021.
La tarea del nuevo entrenador de ColoColo es ardua. Junio será vital para reforzar un plantel que por ahora no respeta la historia.