Carolina Torrealba, subsecretaria del Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación, me impresionó el miércoles.
En el lanzamiento de un libro con el trabajo de 22 centros científicos en que participa o dirige la Pontificia Universidad Católica, la subsecretaria celebró primero la ciencia “que incomoda” y anunció un nuevo canal de investigación: “Vanguardia”.
En “Vanguardia” el ministerio buscará una política coherente con todos los centros de investigación.
Incluirá a los Centros basales, Fondaps, Programas regionales, Milenios, el Servicio Hidrográfico de la Armada, la Fundación Chile… todos juntos.
Buscará la unidad, fortalecer programas que deben ir encadenados, dijo la doctora Torrealba. Conversar entre los centros despertará nuevas preguntas, nuevas asociaciones.
“Que los investigadores se agrupen para mover barreras, adaptarnos a lo que viene”.
Recordé mi colegio. En Humanidades, al rector se le ocurrió revolver los cursos. El primer día de clases, miré a estos compañeros nuevos, rivales en tantos partidos, caricaturizados (“Los del C son demasiado pitucos”), nueva competencia. Resultó. Descubrí nuevos amigos y nuevos pesados, aparecieron grupos, como los hípicos, los matemáticos, los pintores…
Carolina Torrealba atisbó centros coordinados que abordarán proyectos: “Distintos, acotados, ambiciosos, disruptivos, a tres años”. El ministerio separó una buena parte del presupuesto para “Vanguardia”, asignando hasta 500 millones a ciertos concursos.
Repitió la palabra “excelencia”. Y “abrir y dar respuestas”. Y “con más inclusión y pertinencia”. Se detuvo en la política de género del ministerio (que el ministro, Andrés Couve, presentó el viernes en el Instituto Nacional).
No se enfatiza el tema de género por el asunto de la cantidad de mujeres en investigación. Más importante, dijo ella, es el tipo de preguntas que nos hacemos, porque las respuestas pueden quedar limitadas por la falta de diversidad.
Contó de un cierto desprecio que suscitó entre sus pares una candidata al doctorado en historia cuando eligió su tema: “El parto”. No cabía en los estándares del Instituto; se le advirtió que salía de lo común. Igual se doctoró.
Surgió una cierta pugna por las galletas en el café tras la ceremonia, con muchos investigadores implicados.
Porque el libro presentado sintetiza el trabajo de 1.700 investigadores, 1.600 estudiantes. Creadores de conocimiento. Con focos de investigación en todo el país, “desde Alto Patache a Puerto Williams”, dijo el rector de la UC, Ignacio Sánchez.
Lo siguió Pedro Bouchon, vicerrector de investigación UC: “Desde los cambios del 18 de octubre, no podemos ser indiferentes a las demandas de la sociedad”; “debemos enfrentar la discriminación”, “asumir un rol crítico, generar procesos de renovación, escaneando los problemas”, “estamos al debe en diseminación de ciencias, en la formación de capital humano avanzado”, cerró.
Aceleró a su oficina: mucho que hacer para estar en la vanguardia.