“Es un gran mal no saber decir con resolución sí o no”. La frase es de Otto von Bismarck, el estadista que logró la unificación alemana. Tenía fama de duro, pero era un tipo decidido.
La cita nos viene al callo a los chilenos. El viernes, el Presidente Piñera convocó oficialmente al plebiscito de abril de 2020, donde tendremos la posibilidad de votar si aceptamos o rechazamos que se redacte una nueva constitución política.
Queda tiempo todavía para tomar una decisión. Falta ver las campañas que realizarán los del sí (“Acepto”) y los del no (“Rechazo”). Pero me ha llamado la atención cómo hay personas a las que yo daba en el Sí (como Andrés Allamand o figuras de la ex Concertación) que ya están dudando, o de frentón inclinándose por el no. Aunque aún con cierta timidez.
Es que decir que sí es más fácil que decir que no. En la vida... no solo en cuestiones políticas.
Cuando uno dice que sí a algo, lo hace con aplomo, con una sonrisa en la boca. A veces uno incluso usa el anglicismo “yes”, cuando el sí alcanza niveles superiores de entusiasmo.
En cambio, decir que no a veces nos intimida, o nos hace sentir culpables. Decir que no, valga la redundancia, tiene una connotación negativa.
Pero los psicólogos (el mío es insistente en eso) dicen que uno debe aprender a decir que no. Porque de lo contrario arriesgamos perder el control de nuestras vidas. Y nos llenaríamos de rabia por no hacer lo que realmente queremos, sino lo que para otros sería correcto hacer.
Considerando esto, pensé en la siguiente lista, que plantea distintas maneras que una persona podría disponer para votar no (o “Rechazo”) en el plebiscito de abril. Veamos.
- “No es no”: Esta es la opción de las personas que defienden firmemente la actual constitución y no quieren que expire. De hecho, escriben Constitución con mayúscula. Algunos de ellos han sentido nostalgia por el general Pinochet en estos días.
- “Así no”: Esta es la alternativa de aquellos que en un principio estuvieron con entusiasmo a favor de cambiar la actual constitución por una nueva. Pero al ver que la violencia y las amenazas continuaron —pese a que el gobierno lo entregó todo, hasta la Carta Fundamental—, sintieron que será imposible hacer un proceso constituyente razonable, ya que lo que se escriba será impuesto por la fuerza.
- “Sí, pero no”: Este es el no de los que están impedidos de reconocer que votarán no. Por razones familiares, laborales, emocionales, etc... El miedo a las represalias los obliga a decir que votarán que sí... pero en el secreto de la urna trazarán la línea vertical sobre la opción “Rechazo”.
- “Nop”: Esto es como decir “No, porque no nomás, po', y qué”. Es el no campante, suelto de cuerpo, sin complejos. El no del tipo de gente que no se bajaba del auto cuando en una barricada les trataban de hacer “el que baila pasa”... porque no nomás.
- “No a Piñera”: Esta es la opción más alambicada de todas. Es el no de los “antipiñeristas” acérrimos, especímenes que uno puede encontrar tanto en la izquierda como en la derecha. El diseño conceptual de este voto se basa en la convicción de que el Presidente está a favor del sí, como ha dejado translucir implícitamente en sus últimas apariciones públicas. Entonces, para un “antipiñerista” puro y duro, el único camino posible es votar en contra de todo lo que él impulse. Y entonces, votará no.