Conocíamos ya
Nuevos inventos y últimas novedades de Gaston de Pawlowski, escritor de las primeras décadas del siglo pasado, que en esa obra especuló genialmente —con mucho de sátira y crítica social— sobre las posibles derivaciones de los avances científicos y tecnológicos. Esta novela es mucho más ambiciosa y se alimenta por igual de la ciencia y de la filosofía de su época. La publicó en 1912 cuando ya Einstein había publicado su teoría de la relatividad especial, que introduce al tiempo como una cuarta dimensión. Es imposible saber si Pawlowski lo leyó; en 1923 publicó una versión ampliada y definitiva —que es la base para esta edición—, ocho años después de que el físico alemán presentara su teoría de la relatividad general y dos años después de que obtuviera el Premio Nobel de Física (aunque por otras investigaciones). Viene todo esto a subrayar que Pawlowski no tuvo intención alguna de contribuir, desde la ficción ensayística (que algo así es este libro), a complementar los descubrimientos de la ciencia ni aunque fuera por la vía satírica; la línea de su razonamiento es demasiado particular y orientada hacia otra vertiente mucho más accesible para los hombres cultos de su época, la reflexión sobre la sociedad, el poder, la esclavitud, la relación entre élites y masas y la génesis de las revoluciones. Así planteado, se puede pensar que esta novela es un pesado ladrillo, y no es así. El fino estilo del autor le permite enlazar naturalmente hechos que parecen milagrosos con estudios filosóficos y anticipaciones de un futuro remoto cuyos ecos deformados (y muy probablemente sin ninguna relación con sus libros) surgen en la literatura y el cine contemporáneos y todavía más allá: cómo no encontrar resonancias actuales en una frase como “el mundo se fue especializando cada día más y la servidumbre voluntaria con funciones sociales fue felizmente consentida”. En el
Leviatán de Pawlowski hay tanto de Hobbes —a quien el autor cita con frecuencia— como de la Matrix. Otras fuentes filosóficas y su revisión crítica (La Boétie, Sade, por ejemplo) demuestran que en realidad el libro es mucho más que un alegre juego especulativo y su conclusión en los Científicos Absolutos que dirigen el Gran Laboratorio Central tiene la rarísima cualidad de expresar, con un siglo de anticipación, temores muy contemporáneos; y más destaca esa cualidad cuando se expresa en un texto que apela al humor y a la elegancia de la escritura como sus principales herramientas.
Gaston de Pawlowski
Hueders, Santiago, 2019. 246 páginas.