Decepcionante fue la reacción de ciertos dirigentes de la oposición a la cumbre presidencial convocada por el Presidente Piñera, que lanzó Prosur.
Era de toda lógica este encuentro. Había que aprovechar las afinidades y lazos entre los presidentes.
Reemplazaron a otros de izquierda, entre ellos uno prófugo, una procesada, otro preso por corrupción, al que algunos de esos dirigentes intentaron proteger. El cambio de gobernantes por otros de derecha no debió provocar la irracional pataleta opositora.
Se llegó a extremos de mala educación, al desatino, incluso comprometiendo la institucionalidad nacional.
Se agravió a Brasil, única potencia de la región, el más permanente aliado en el hemisferio. Los presidentes del Congreso no cumplieron con su obligación de representarlo, se restaron de la recepción oficial al Presidente Bolsonaro, elegido por 57 millones de brasileños.
Monarcas, Papas y otros jefes de Estado, de origen no democrático, han sido atendidos, sin consideraciones personales, por autoridades chilenas. Prima el interés nacional y los lazos con sus pueblos y países. China es el caso más corriente. Se volverá a repetir en la próxima APEC, con mandatarios no electos democráticamente.
Una diputada se excusó de ir a una recepción presidencial por considerar sexista el texto anacrónico de la invitación: sugería vestido corto en vez de largo. Poco antes no tuvo problema de reunirse en París con un condenado por el asesinato de un senador de su Congreso.
Hacía cinco años que los presidentes sudamericanos no se reunían en esa condición. Pocos pueden discutir impulsar la integración regional: hay identidad, valores y desafíos compartidos y escasos resultados.
La creación más reciente para este cometido, Unasur, fue un total fracaso: sus miembros se han retirado o suspendido de participar. Está paralizada por años, con centenares de burócratas ociosos, de elevadísimo costo.
Prosur, en cambio, sin burocracia, intenta avanzar en la integración con una estructura parecida a la exitosa Alianza del Pacífico. Que prospere es otra cosa. Dependerá del apoyo que le presten los presidentes y sus cancillerías.
Los prejuicios por ideología en la cumbre resultaron infundados: no hubo referencia de esa especie en la declaración constitutiva.
La compulsión obstruccionista no puede desconocer el liderazgo nacional y del Presidente Piñera en la región. Se reunió en La Moneda a siete presidentes, que representan casi el 90% del hemisferio sur, para promover la integración.
Razonable habría sido que los detractores plantearan contribuciones con altura de miras, ideas para mejorar Prosur y asegurar su incierto futuro, que comparto.
El líder conservador británico Lord Derby, primer ministro, sostenía, furioso, hace dos siglos que "ser oposición es algo muy simple, oponerse a todo y proponer nada". Luego su partido perdió la elección siguiente.
Parece que algunos dirigentes de la oposición nacional se tomaron en serio eso de ser los ingleses de América Latina. Van por mal camino y perdemos todos.