Pawel Pawlikowski se cubrió de premios en todo el mundo con
Ida , la historia de una novicia que descubre un oscuro secreto familiar durante la ocupación nazi. Cinco años después, en
Cold War replica dos de las claves estilísticas que daban una textura tan inusual a
Ida : un blanco y negro de alto contraste y el formato de 4:3 (también llamado "Academy"), que rememora el cine clásico.
Cold War es una historia de amor filtrada por la política o, dada la escala, quizá cabría decir por la historia. De cierta manera, retoma la historia de Polonia en el punto donde la deja
Ida : derrotado el imperio nazi, el ejército soviético mantiene el control del territorio y va imponiendo un régimen de partido único, sin derecho a disidencia y bajo el severo control de Moscú, al servicio de la Guerra Fría contra Occidente.
El relato registra el proceso durante los 15 peores años de esa guerra. Al inicio, en 1949, dos profesores de música investigan y rescatan el folclor campesino. Dos años más tarde, ya está el comisario del partido exigiendo que el folclor sea adaptado para celebrar al "maravilloso Stalin", mientras se alza a las espaldas de los jóvenes un inmenso retrato del jefazo de los mostachos. Es la Guerra Fría vista desde el otro lado; quizá valga la pena recordar que Stalin se ensañó contra el nacionalismo polaco y procuró someterlo con algunas de las más salvajes masacres del siglo XX.
Uno de los profesores, Viktor (Tomasz Kot), apasionado de la música y de su autenticidad, es deslumbrado por una de las pupilas, Zula (Johanna Kulig), una joven autónoma y ruda, apasionada y consciente de su belleza. Viktor cree que su amor es imposible en el asfixiante clima artístico polaco; Zula es tan indiferente a esas circunstancias, que hasta se permite confesarle que se ha hecho informante de la policía. El chofer del profesor, que desarrolla una meteórica carrera como soplón y comisario, vigila el amorío de ambos con un arrastrado deseo por Zula.
La historia es trágica y seca, como la de
Ida. Pawlikowski es extremadamente sintético, ahorra detalles y explicaciones, abunda en paisajes nevados donde las figuras humanas parecen hormigas y suele ubicar a sus personajes en la mitad inferior de la pantalla, como si vivieran bajo el peso de un invisible hado fatal.
El de Zula y Viktor es la tiranía comunista, desde luego, pero es también la naturaleza contradictoria de ambos, que sufren tanto cuando no están juntos y tanto cuando lo están. El lazo que los sostiene, el nudo indisoluble, es la música, y Pawlikowski tiene el buen gusto de proporcionarles una soberbia banda sonora.
Zimna WojnaDirección: Pawel Pawlikowski.
Con: Johanna Kulig, Tomasz Kot, Borys Szic.
88 minutos.