DESPUÉS DE CINCO PELÍCULAS DE "TRANSFORMERS" EN QUE MICHAEL BAY HIZO ESTALLAR ESTE PLANETA (y todos los demás), llega esta "precuela" que corrige varias meteduras de pata de la saga original, partiendo por presentar una historia de hilo coherente, un humor más noble y un sentido del espectáculo que no se cae al exceso apocalíptico. Ambientada en los hoy lucrativos años ochenta, cuenta la historia de Bumblebee, emisario del bando de los buenos "autobots", que llega a la Tierra con la misión de preparar un refugio para sus hermanos. Acá recibe la hostilidad no solo de los "decepticons" que lo siguen, sino también de los típicos soldados norteamericanos que quieren tirar misiles primero y hacer preguntas después. Hasta que conoce a Charlie (Hailee Steinfeld), una adolescente hecha a medida para entablar amistad con el robot: Sabe de mecánica, es una marginada de su grupo social y carece de una figura paterna. Mitad película de adolescentes, mitad película de robots que pelean a combos, el director Travis Knight ("Kubo y la búsqueda del samurai", 2016) combina con éxito todos estos ingredientes en un platillo que se siente diseñado para dejarlos contentos a todos: la infalible nostalgia, el espectáculo, los personajes queribles y un personaje titular de calculada "ternura". Y aunque decir que es la mejor de la franquicia no es un gran halago, en este caso es la verdad.
EE.UU., 2018. 114 minutos. Todo espectador.