Señor Director:
En vuestra tribuna se ha abierto un debate a propósito de los 200 años del nacimiento de Karl Marx; y es que dicho intelectual, quiérase o no, es uno de los más significativos pensadores de Occidente. De hecho, es un autor tan ampliamente debatido como tergiversado. Varias de sus más virulentas objeciones han sido formuladas, en algunos casos, sin siquiera haber leído una página de su obra, con total carencia del debido rigor y honestidad intelectual que exige el debate público y académico.
Así, en este medio se ha dicho que la obra de Marx es intrascendente, errada, que devino en autoritarismos y pobreza material, sumado a un total fracaso político. Si bien algunas de sus tesis aún no resultan probadas, lo indesmentible es que Marx en caso alguno fue un clarividente ni ideólogo siniestro, menos aún un falso profeta; más bien se trata de un pensador ineludible para cualquiera que quiera inmiscuirse en la historia, la economía, la filosofía o las ciencias sociales.
En efecto, es posible afirmar que su imperecedera contribución a la humanidad, y que ciertamente no ha sido desmentida por sus detractores, es que fue uno de los primeros que denunció con detalle, precisión y fundamentación el funcionamiento de la acumulación capitalista, y cómo dicho modo de producción cosifica a los seres humanos, al convertirlos en mercancía.
Del mismo modo, dio un giro al curso de la filosofía occidental, dando nacimiento a toda una corriente con diversas ramificaciones y cruces, por lo cual resulta ineludible no solo para cualquier persona medianamente informada, sino para todo aquel que pretenda comprender las discusiones teóricas actuales.
Marx, antes que economista fallido, es un autor que evidenció paradojas y contradicciones a través del poder de la crítica. Curiosamente, hoy presenciamos dos: gracias a sus impulsos teóricos iniciales, hoy es posible que cartistas y lectores de este medio tengan el tiempo suficiente para debatir sobre él y su obra; al mismo tiempo que, si se tratase genuinamente de un autor intrascendente y superado, no se estaría discutiendo sobre su legado.
Eduardo ChiaFlavio Quezada