SEIS AÑOS DESPUÉS DE LO VISTO EN "RALPH EL DEMOLEDOR" (2012), la amistad de Vanélope y el villano de buen corazón titular se pone a prueba nuevamente cuando "Sugar Rush", el videojuego donde habita la pequeña, sufre un terrible desperfecto y los personajes deben evitar su retiro metiéndose a un lugar mágico y desconocido llamado "la Internet". Ahí la niña de espíritu inquieto descubrirá un universo estimulante completamente nuevo que Ralph no verá con los mismos ojos. Apilando chiste sobre chiste, disparando apariciones de "celebridades" con metralleta, y tomándose su tiempo hasta llegar al "corazón" del asunto, esta nueva entrega se siente más desprolija que la anterior, pero también mucho más ambiciosa. Abarcando temas que van desde una bastante aguda mirada sobre el híper conectado mundo digital, hasta los peligros del amor aprensivo, "Wifi Ralph" funciona no solo como un hilarante divertimento de primera categoría, sino que también como el primer testamento en pantalla a la épica librería de personajes que Disney ha adquirido en los últimos tiempos, en una suerte de "Ready Player One" que aglutina referencias en pleno apogeo y con niveles para que todos los jugadores puedan disfrutar (adelantar cualquier cameo sería un crimen). Y aunque es posible que el contexto tan anclado en la volátil realidad de internet la haga envejecer mal, se trata de un producto fino e inteligente, que hará gozar tanto a cualquier consumidor promedio de cultura pop como a cualquiera que acostumbre a andar con la nariz pegada a una pantalla. Y quédese hasta el final de los créditos, que esta vez sí que vale la pena.
"Ralph breaks the Internet". EE.UU., 2018. 112 min. TE.