EL INCIDENTE, QUE ES MENOR Y PODRÍA SER PASAJERO, OCURRE EN UNA CALLEJUELA DE BEIRUT en torno al año 2010, cuando el mecánico Toni Hanna (Adel Karam), desde su departamento en un segundo piso, se enfrasca en una discusión con un jefe de obras que repara y mejora las fachadas del lugar.
Lo que parte por una sencilla cañería, sigue con la tozudez compartida y termina con la ofensa verbal que lanza el funcionario Yasser Salameh (Kamel El Basha).
Este primer incidente es el pretexto desde donde aparecen nuevos y peores insultos, que ahora son ofensas agraviantes, incalificables y crueles que se remontan a la historia reciente, y entre esas tumbas está el verdadero origen de la disputa.
Toni Hannah es el cristiano libanés que milita en un partido político y no se cansa de escuchar las arengas de Bashir Gemayel, su líder histórico asesinado hace décadas, pero en su memoria sigue resonando la guerra y el brazo armado de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina), así que no le es difícil descubrir por su acento el origen palestino de Salameh, un ingeniero refugiado en Beirut y sin más alternativa que trabajar como capataz, y un hombre con rabia y tristeza acumuladas.
"El insulto", su extensa segunda etapa, transcurre en los tribunales de justicia y el enfrentamiento se traslada a la disputa de los abogados y al espectáculo de testigos impensados, tensos interrogatorios y nutridos argumentos.
La película, en este punto, no duda en rizar el rizo, porque la defensora Nadine Wehbe (Diamand Bou Abboud), que es joven e idealista, es también la hija de Wajdi Wehbe (Camille Salameh), un abogado acusador ducho y prestigioso.
Así es como "El insulto" se transforma en un resumidero de motivos, donde confluye lo bélico y político, lo histórico, jurídico, ideológico, mediático, religioso y también lo generacional.
La amplitud y ambición no provocan el naufragio de una película que fue nominada al Oscar a la Mejor Película Extranjera, y uno de sus protagonistas, Yasser Salameh, ganó por su actuación la Copa Volpi en el Festival de Venecia 2017.
No lo provocan, pero estiban la carga hacia la ruta de la buena voluntad, donde lo presentado como irreductible y labrado a sangre y fuego se derrite y enfila hacia aguas calmas y tranquilizadoras.
El itinerario se aclara con vientos oportunos, despunta la esperanza y en el horizonte no se vislumbra la reconciliación, porque eso sería un exceso de voluntarismo, pero aparecen sonrisas y golpes cómplices, con el agregado de un consenso repetido que recorre el mundo árabe: los repuestos alemanes son superiores a los chinos. En ese detalle están todos de acuerdo. Y así es como una película dura y amarga deja entrar el aire acondicionado y se traslada con disimulo y simpatía hacia la zona de confort.
"L'insulte". Líbano-Francia-EE.UU.-Chipre-Bélgica. 2017. Director: Ziad Doueiri. Con: Adel Karam, Kamel El Basha, Rita Hayek.112 minutos. T.E.