La Banda Pitillo, una influyente camarilla al interior de la selección de Chile, desapareció con los vientos del tiempo, que ahora, en la época de las redes sociales, soplan con fuerza impiadosa.
Estaban unidos por algo tan reciente como un neologismo: el WhatsApp, solo eso y nada más, para que rime y grazne el cuervo.
A los miembros de la banda no los unía un círculo de hierro, sino algo tan endeble como un grupo de WhatsApp. O wasap o guasap y por eso wasapear o guasapear, según lo tolerado por la Real Academia de la Lengua, que es cierto que acepta, fija y tolera, pero por Dios cómo sufre.
¿Dónde están los ocho magníficos de la Banda Pitillo?
En la selección se mantienen dos: Arturo Vidal y Gary Medel.
En el aire hay uno flotando y sin de ley de gravedad que le ponga los pies sobre una cancha de fútbol: Mauricio Pinilla.
En Inglaterra está el portero Claudio Bravo entre máquinas, ejercicios y recuperación.
Al delantero Eduardo Vargas se lo llevó a México el Señor y no hay Dios que lo devuelva a la selección.
En Universidad de Chile militan dos miembros de esa banda aparte: Gonzalo Jara, un defensa de dedo travieso, también denominado "Jarita", y Jean Beausejour, que alguna vez fue señalado por su color, algo usual en un tiempo pasado y regido por usos y costumbres muy distintos a los del presente.
Recordemos la intuición culposa y certera, aunque un poco caracoleada, de los comentaristas que le decían "morenos" a cierto tipo de jugadores.
Y extendamos un ejemplo de ficción entre dos tiempos: Héctor Pinto, ahora entrenador y antes fiero mediocampista, marca a un rival. Pinto, al que le dicen "Negro", se enfrenta con Sergio Santos, el actual delantero de Audax Italiano, donde la única arenga posible, y hasta por ahí no más, es la siguiente:
-"¡Oye Negro, Negrooo, hazme caso, afórrale al afroamericano, huevón ooooh!".
Donde el término "huevón" se aplica a las personas y es un vulgarismo que hace décadas fue integrado al Diccionario de la RAE (Real Academia Española) y es u.t.c.s, es decir: usado también como sustantivo.
Beausejour, y recuerden esta profecía (y si no se cumple, la olvidan), puede ser el primer diputado con esa percepción visual del espectro electromagnético.
Y falta Jorge Valdivia, que tuitea por su cuenta y riesgo.
Este es otro cantar y se entrecomilló "twitter" y apareció tuitear, que es tan verbo como retuitear, aunque cuando se dice tuit, es posible pensar en tweet .
Hay chilenos que en épocas pretéritas y distinguidas, no soñaban con el tweet , sino con un traje de tweed tan puro y verde como los campos de Escocia.
Una pregunta: ¿no nos estaremos saliendo del tema y yéndonos cada cual para su lado?
Eso es lo que ocurrió, precisamente, con la llamada Banda Pitillo.