Chile empató 0-0 ante Corea del Sur en la sexta presentación con Reinaldo Rueda en la banca. Pudo ganar con las dos opciones de Diego Valdés, el remate de Arturo Vidal, el zurdazo de Ángelo Sagal y el frentazo de Igor Lichnovsky; también la vio fea en un cabezazo y en un par de intervenciones del solvente Gabriel Arias.
Es más eficiente esta versión de la Roja en materia defensiva. Corre menos riesgos, pero en los balones detenidos creció, de manera literal, con zagueros y volantes de mayor envergadura. Interesante la capacidad de reconversión cuando pierde el balón. El equipo, salvo una pérdida de Guillermo Maripán, y algún pelotazo por el sector central que obligó al achique apurado de Arias, mostró reacción.
Los problemas se mantienen de tres cuartos de cancha en adelante. Valdés levanta su rendimiento, a partir de la confianza de Rueda. Su zancada larga y pegada le abrió un cupo en este grupo que debió ampliarse, porque el tiempo y las exigencias de 2020 y 2021 obligan a probar alternativas.
Innegable que la ausencia de Alexis Sánchez se nota. El tocopillano, por jerarquía, goles, asistencias y capacidad de desahogo, es irremplazable. Eduardo Vargas, con sus intermitencias, ofrece una capacidad de definición que ningún otro delantero del ciclo posterior a Brasil 2014 entregó. Nicolás Castillo puede ser el atacante central que el proceso reclama, aunque aún no cuaja un par de partidos resonantes.
La suspensión del encuentro ante Japón impidió al entrenador revisar la baraja. Sin embargo, cuesta entender la posición de Diego Rubio, abierto en la izquierda. Jamás se sintió cómodo. Sagal, en la derecha, también va al sacrificio. Su polenta le permite recorrer la franja, pero se requiere algo más en esa función. En los pocos minutos que se instaló en la izquierda, el equipo dispuso de una variante por ese carril. Chile no atacó por esa zona. Carecía de especialistas. Miiko Albornoz, correcto marcador, no es un lateral que pase al ataque. Alfonso Parot, regular en Rosario Central, busca una oportunidad.
Hubo presión en el terreno rival e incluso se pincharon un par de balones al arquero. La lectura televisiva (muy distinta a la de la cancha), nos reflejó -por momentos- un cuadro largo, pero anunciado. Gary Medel se metió entre Lichnovsky y Maripán para iniciar la salida, pero no alcanzó. La dupla anterior de marcadores centrales, formada por Medel y Gonzalo Jara, garantizaba precisión y, en ocasiones, profundidad. Hoy, por las características de los jugadores, se busca asegurar y así cuesta avanzar, pero ante todo atacar.
Rueda muestra ideas fuerza sólidas. No se ve flexible. El martes, Erick Pulgar ingresó de manera correcta como volante derecho. El mediocampista del Bologna, que arrancó como central en Antofagasta y la UC, por su técnica y buena pegada aceleraría esa salida que los rivales neutralizan. Es el tiempo de experimentar antes del decisivo 2019, cuando llegue la hora de las exigencias y opere la lógica del circo romano.