Señor Director:

Contrariamente a lo que se ha aseverado, el Tribunal Constitucional no amaneció el 11 de septiembre recién pasado engalanado con la bandera nacional, ni ello guarda relación alguna con mi opinión sobre lo que fue el devenir institucional de la República bajo la Carta de 1925.

El edificio institucional está embanderado desde el lunes 10 de septiembre pasado, tal como aconteció con otros organismos estatales e instituciones públicas del centro de nuestra comuna de Santiago. Dicha coordinación no pasó por alguna decisión previa de esta Presidencia, sino que -tal como ocurrió el año pasado- fue dispuesta por el personal de Secretaría encargado al efecto.

Enfocar la atención únicamente en el Tribunal Constitucional revela una legítima preocupación por la neutralidad que este debe ostentar, que se agradece y siempre se busca reforzar. O bien un sesgo con intenciones insospechadas que, en todo caso, pueden derivar en un grave daño institucional.

La bandera chilena constituye un emblema nacional, por mandato de la Constitución y de la ley. Por tanto, su izamiento no puede confundirse con una u otra interpretación de nuestro pasado reciente. Formulo votos porque represente, de una vez y para siempre, el deseo de todos los chilenos de vivir en paz.

Iván Aróstica Maldonado
Presidente del Tribunal Constitucional