Señor Director:

La columna de Francisco Vidal aparecida ayer en "El Mercurio" argumenta que la desigualdad medida por la encuesta Casen persiste y por lo tanto la reforma tributaria propuesta por el Gobierno es mala porque favorece al 1% más rico del país.

Aunque ambas afirmaciones pueden ser correctas, no hay ninguna relación entre ellas. Los ingresos del 1% más rico no están registrados en la Casen, por lo que esta no sirve para medir la desigualdad entre ingresos del gran capital y el resto de la población, sino principalmente entre grupos de trabajadores, especialmente entre profesionales y aquellos que no llegaron a la educación superior. Como reconoce la columna, los subsidios monetarios efectivamente ayudan a disminuir la desigualdad y la pobreza, lo que respalda las políticas seguidas hasta 2014.

Lo que no se menciona en la columna es que en el período 2014-2018 se focalizó el nuevo gasto público en educación superior, cuyo efecto será aumentar la desigualdad, si pudiésemos medirla en una perspectiva inter-temporal. Así, los resultados de la Casen son más un argumento a favor de la focalización de las políticas seguidas hasta 2014, y en contra de la equivocada forma de abordar la desigualdad del anterior gobierno.

No ofrece argumentos respecto de la nueva reforma tributaria, los que debiesen focalizarse en qué pasará con los ingresos del 1% y 0,1% más rico, el crecimiento económico y la transmisión intergeneracional del poder asociado a la riqueza.

Pablo A. González
Centro de Sistemas Públicos y Centro de Educación Inclusiva, Ingeniería Industrial, Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas, Universidad de Chile