EN LA NUEVA PELÍCULA DE FRANÇOIS OZON, director de "En la casa" (2012) y "Frantz" (2016), está el reflejo del cine y aparecen destellos de Alfred Hitchcock, David Cronenberg o Brian de Palma. Y serán falsos culpables, gemelos fantasmales o hermanos mortalmente parecidos.
Chloé (Mariana Vacth), una mujer felina de belleza andrógina, es la protagonista y está en el prólogo con su pelo largo sobre la frente y el rostro, mientras las manos de un peluquero cortan, peinan y despejan los ojos, para que la mujer enfrente el foco de la cámara y por tanto a los espectadores, con el fin de subrayar algo no se debe olvidar: la historia parte y termina con su mirada.
Es algo que está en sus órganos, en los más íntimos, pero también en el estómago y finalmente en su cabeza, aunque no se sabe qué está primero.
Al comienzo está la belleza de los 25 años en alguien como Chloé, que alguna vez fue modelo y ahora busca instalarse en soledad y en un nuevo trabajo de guardia en un museo, donde en realidad debe sentarse y observar lo que otros miran: instalaciones, pinturas, arte.
La mujer, en el fondo, es infeliz y sufre un raro malestar estomacal cuyo origen debe estar a distancia y en otra parte del cuerpo, quizás en esferas más nobles, y para eso, para resolver el enigma, nada mejor que un psiquiatra y así llega donde Paul Meyer (Jérémie Renier).
Ella habla y cuenta su vida y él no dice más que un par de palabras y apenas unas preguntas cortas.
Chloé, sin embargo, se cura, la razón es el amor, naturalmente, aunque una mujer mayor y muy cercana, más tarde, dirá una frase mortífera, algo así como que el amor no salva ni resuelve ni soluciona nada.
A Chloé, sin embargo, no le sigue doliendo el mundo, pero sí el estómago, pese a lo cual "El amante doble" es una película que desprende diseño, moda y perfección.
Ozon encuadra con volumen y voluptuosidad el interior del museo, donde las exposiciones parten con obras en los marcos y las paredes, pero luego se desprenden e invaden el espacio como bosque petrificado o enormes instalaciones orgánicas.
En el museo, en ese espacio para la observación, la belleza se percibe de distintas formas.
Este tránsito y modificación, tiene su correlato en el descubrimiento de Chloé: Paul tiene un hermano gemelo, Louis Delord, que también es psiquiatra. Y sus métodos de sanación, como las exposiciones de un museo, son distintos y difieren.
La protagonista, por cierto, en esa realidad duplicada y gemela solo puede ser una doble paciente.
Chloé enfrentó a los espectadores muy al comienzo, y es bueno recordarlo al final, porque su mirada canibaliza y devora la película, rompe el espejo y su reflejo, y se come al
thriller, a los personajes, al drama y las explicaciones.
El apetito de François Ozon es excesivo y se presiente la gula del director, pero son las tentaciones y peligros de una película arriesgada.
"L'amant double". Francia-Bélgica, 2017. Director: François Ozon. Con: Marine Vacth, Jérémie Renier, Jacqueline Bisset. 107 min. Mayores de 18 años.