DESDE UNA TORRE DE LA CIUDAD DE PRAGA, la asesina Nadejna (Ivanna Sakhno) debe acabar con dos jóvenes turistas estadounidenses que sin querer se han convertido en espías, así que las busca con el telescopio de su arma, pero termina frustrada porque no encuentra un blanco preciso, debido a que las turistas de esa nacionalidad son demasiadas y todas están haciendo tonterías, como si esa fuera su naturaleza original.
Esta comedia se construye sobre las pocas luces de las protagonistas, donde una de ellas, Audrey (Mila Kunis), estudió Derecho y lo dejó, después Bellas Artes y lo abandonó, y su problema es que nunca termina nada y por eso, y también por razones sentimentales, reflexiona en voz alta: "Todo esto me hace sentir como una idiota".
El personaje de Morgan, su amiga y compañera, está unos peldaños por debajo del entendimiento, y lo interpreta Kate McKinnon, aún recordada por su imitación de Hillary Clinton en el programa "Saturday Nigh Live", que es el caldo de cultivo y la plataforma de lanzamiento de la actual comedia norteamericana.
La película avanza a horcajadas de lo políticamente incorrecto, y más en los tiempos actuales, porque las protagonistas, Audrey y Morgan, son tontas de capirote y dos treintonas inseguras que andan en busca del amor verdadero o de fiestas y alcohol o solo de sexo, pero cualquiera sea la búsqueda, lo concreto es que el tesoro que anhelan todavía no lo encuentran.
Audrey no sabe lo que está en el prólogo de la película: su novio Drew (Justin Theroux) es un agente secreto, y eso es conocido por Drew y los espectadores, pero no por ella y su amiga Morgan, cuya especialidad compartida es precisamente no ser buena para nada y no saber lo que está ocurriendo.
La película insinúa un punto de vista infamante para la condición femenina, es decir, no se enteran, precisamente, porque son mujeres.
Pero la directora Susanna Fogel, también coautora del guion, de a poco baja la marcha del humor incendiario y provocativo e instala la historia en lugares menos oprobiosos y ácidos, y muchos más flojos y pacíficos.
Algo de incorrección queda en el camino. En algún parlamento o monólogo de Morgan. En un par de personajes secundarios: la asesina Nadejna, un ex gimnasta olímpica de Europa del Este, o el taxista Lukas (Kev Adams), que por un breve momento hace exactamente lo que quiere. O en la participación de Gillian Anderson, la detective Scully de "Los archivos secretos X", como la jefa de la oficina de espionaje.
Pero la historia ya bajó la deshonra, desconectó espoletas y el discurso se ajusta al promedio, para que Audrey y Morgan encuentren su reivindicación y un lugar en el mundo.
La película se frena y queda a mitad de camino, porque no se anima con la arriesgada propuesta de la sátira y descuartizamiento del universo femenino carente de luces y talentos.
"The spy who dumped me". EE.UU., 2018. Director: Susanne Fogel. Con: Mila Kunis, Kate McKinnon, Justin Theroux. 116 minutos.