La cumbia es "Mala mujer" y el escenario un bar y sala de baile, donde la orquesta toca en vivo y los parroquianos se divierten y beben en torno a pequeñas mesas. En una de ellas, el exiliado que acaba de regresar y su novia Consuelo, junto a un grupo de amistades. Desde otra mesa, un hombre mira a la mujer con fijeza, insistencia y quizás con lascivia, aunque esto último es discutible.
Se trata de un matón del puerto, un personaje sin nombre en la película, pero alguien reconocible, Carlos Caszely, que se había retirado de las canchas hacía un par de años.
Lo de Caszely en "Consuelo" (1988), del director wanderino Luis Vera, fue una participación mínima y en ningún caso es la historia de su vida, como la película de Alexis Sánchez que se estrenaría en 2019.
Las biografías de futbolistas, por lo general, les sirven a varios señores a la vez y así nada es fácil. La estrella no quiere salir mal ni quedar peor y como está su imagen e intereses económicos de por medio, exige los derechos correspondientes y opina de los actores, mira lo filmado, revisa el montaje y visa el producto final.
El discurso tradicional, por supuesto, es que yo sé de fútbol, pero no de películas, así que no pienso meterme en nada.
Digamos que eso no es mentira, pero la verdad es distinta y el que se mete es el otro. El otro puede ser el papá o un hermano mayor o un tío y siempre el representante que vela por los intereses del astro que también son los suyos, solo que en un porcentaje menor: 10 por ciento, más o menos.
Una película está dentro del territorio de explotación del ídolo y por eso la norma es la coproducción; en este caso, la empresa Fábula coloca el oficio y el saber hacer, y el resto lo aporta Vibra Marketing del argentino Fernando Felicevich, representante de Alexis y de Arturo Vidal, Gary Medel y una larga legión de compatriotas.
El futuro dirá la suerte y el destino de la película. En el pasado está el personaje de Caszely que se levanta de su mesa e interrumpe la ajena: "¿Hola, bailamos?". El exiliado reacciona con molestia y le dice que Consuelo es su novia, pero "El rey del metro cuadrado" no ha terminado de jugar: "¿Y por eso no puede bailar conmigo?".
En la pista de baile las parejas siguen el compás de "Mala mujer". El exiliado y su novia, y muy pegado y muy al lado, el sinvergüenza sigue mosqueando, hasta se pone agresivo y le recuerda a la mujer su pasado amoroso: "Antes con Francisco y ahora con el extranjero".
El exiliado no aguanta, le grita qué te pasa, y agrega el garabato que manda al origen. Se van a las manos. No se sabe quién gana. Seguro que hay varias opiniones. Carlos Caszely, probablemente, dirá que él ganó.
El futbolista, cuando es estrella, sabe que ya llegará el tiempo de perder, y por ahora no hay más misión que la de ganar, y ganar en todo. En las bolitas, en las peleas, hasta en las películas.