El género musical ha tenido en los últimos años un desarrollo sostenido en el país. Con altos y bajos, pero con una buena recepción por parte del público. En general, gusta.
A los tradicionales se han sumado montajes sobre conocidos intérpretes, como Freddie Mercury, Edith Piaf, Gustavo Cerati y Frank Sinatra, presentando un momento de sus vidas condimentado con sus más conocidas canciones. Ahora, el grupo Los Contadores Auditores, liderado por Juan Andrés Rivera y Felipe Olivares, dan un paso adelante. Crearon "Morir de amor", que tiene un guion original e incluye las letras de temas como parte del texto.
Esta obra, que va de menos a más en su desarrollo, se estructura en el esquema de las teleseries mexicanas o venezolanas de los 80, con todos sus clisés y características. No faltan los personajes estereotipados, los malvados, los sufridos buenos, discapacitados, ciegos, nombres compuestos, herencias, hijos perdidos e infidelidades.
Claro que a estas alturas habría que ponerle una calificación de mayores de 35 años. La disfrutarán más quienes vieron y conocieron estas telenovelas. Para aquellos que no, puede resultar poco creíble, absurda y con mucha sobreactuación.
Tampoco faltan canciones AM de la época de Luis Miguel, Raffaella Carrà, Mijares, Pandora, Emmanuel, Miguel Bosé, Pimpinela, Juan Gabriel, Gloria Trevi, Rocío Jurado, Camilo Sesto, Daniela Romo, Amanda Miguel y Massiel y los locales Zalo Reyes y Myriam Hernández, muchas de las cuales permanecen en el disco duro de un amplio grupo etáreo. Todas son acompañadas por coreografías bien ejecutadas.
En el elenco sobresalen Gabriel Cañas y Gabriel Urzúa, quienes ya han demostrado sus dotes musicales en otros montajes, pero que aquí, también se muestran como destacados comediantes. Dayana Amigo reitera su capacidad para el humor. Vocalmente resaltan -además de Cañas y Urzúa-, Mariela Mignot y Emilia Noguera. Un reparo es que la orquesta suena fuerte y opaca a los otros miembros del elenco, que tienen menor potencia vocal.
La dirección delinea bien a los personajes, realzando sus particularidades con adecuadas y exageradas inflexiones de voz y gestualidad, además del apropiado vestuario y peinados. La escenografía, que representa una recargada mansión, resulta acertada y práctica al permitir grandes desplazamientos.
"Morir de amor" es el hilarante renacer de las teleseries ochenteras sobre las tablas locales del siglo XXI, que gatilla en el público espontáneos aplausos y carcajadas, y también nostalgia por ser parte de un pasado que se fue: ese en que muchos se sentaban en las tardes frente a las pantallas de sus televisores para seguir a héroes y villanos.
Teatro Nescafé de las Artes. Viernes y sábado, 20:30 horas. Domingos, 19:30 horas. Hasta el 19 de agosto.
Mario Valle