Señor Director:

A propósito de la noticia publicada sobre el Plan Nacional de Derechos Humanos (PNDH), bien vale precisar algunos puntos:

El PNDH es una herramienta que tiene por objeto coordinar los esfuerzos que realiza el Estado de Chile en materia de políticas públicas y legislación en derechos humanos. Se trata de una función central de la Subsecretaría de Derechos Humanos que, según la ley 20.885, entra a regir el 2 de enero y sea implementada, gradualmente, durante los próximos cuatro años. El sentido de contar con dicho Plan es concretar las obligaciones internacionales adquiridas y recoger las recomendaciones que desde los órganos internacionales de supervisión y desde el Instituto Nacional de Derechos Humanos se les| han hecho a los órganos públicos para avanzar en la garantía y respeto de los derechos humanos. Por tanto, no depende del signo del gobierno decidir qué obligaciones cumplir y cuáles no. Solo depende de los gobiernos el tiempo y la prioridad que les dan a unas u otras medidas. En este sentido, el PNDH -junto con recordar cuáles son esos compromisos- se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, generando una sinergia que contribuye a alcanzarlos, sin dejar a nadie atrás.

Por otra parte, preocupa la situación actual del seguimiento y el monitoreo al PNDH, componente central de toda política pública con enfoque de derechos humanos, y que pareciese no estar claro. Al gobierno actual se le entregó una plataforma para el seguimiento de las acciones comprometidas por cada uno de los servicios públicos. Sistema de reporte transparente y público que permite a los y a las ciudadanas saber cómo se avanza o dónde están las dificultades en su implementación y que, a nivel de sociedad civil, permite a las organizaciones de derechos humanos que impulsan las diversas agendas fiscalizar su cumplimiento.

Así las cosas, esperamos que no haya más dilaciones en su implementación y que efectivamente el Estado contribuya con la generación de los mecanismos que le den transparencia y publicidad a su correcta implementación.

Lorena Fries Monleón