Ethan Hunt (Tom Cruise) es el líder del FMI, la sigla de Fuerza de Misión Imposible, y en ningún caso del Fondo Monetario Internacional.
Es el jefe de un pequeño grupo, donde Luther (Ving Rhames) y Benji (Simon Pegg) son los incondicionales. Ilsa (Rebecca Ferguson), agente del MI6, pone condiciones. Y Walker (Henry Clavill), el mejor hombre de la CIA, también las pone.
Entre las amenazas figura el terrorista preso Solomon Kane (Sean Harris) y unos peligrosos acólitos denominados Los Apóstoles.
Lo que está perdido son tres bolas de plutonio y con cada una de ellas se arma una bomba nuclear.
Escondidos en las sombras hay un tal Lark y una mujer llamada Viuda Blanca (Vanessa Kirby), donde lo único cierto es que es blanca, aunque en esta saga que va por las seis películas algunos se disfrazan, otros viven como espectros y nada es lo que parece.
La historia de la última entrega se conecta claramente con la previa, "Misión Imposible: Nación Secreta" (2015), también dirigida por Christopher McQuarrie, y un poco menos con la anterior, "Misión Imposible: Protocolo Fantasma" (2011), y así de manera decreciente hasta la inicial, que fue la de Brian de Palma de 1996. Y el origen primitivo, como se sabe, fue una exitosa serie de televisión de los años 60.
Algún personaje del grupo en un breve momento de paz y reflexión le pregunta a Ethan Hunt, lo siguiente: "¿Quién nos sigue: la CIA o Los Apóstoles?".
Y los sigue por el mundo entero.
Para Belfast, Ramstein y Berlín basta un cartel para la mención de esos lugares.
La Meca, Jerusalén y Roma se ven por la televisión y entre humos y llamas.
Las estrellas, en realidad, son Ethan Hunt, pero también Tom Cruise y su edad cincuentona y una extraordinaria condición física, además de París y Londres.
La razón de la extensión -casi dos horas y media y la más larga de la saga- es porque Hunt en esas dos capitales protagoniza, por la calles y techos, sendas huidas y persecuciones a pie, sobre una moto o en auto.
Cruise se encarga de certificar, hasta donde es razonable, que él y no otra es la persona que aparece en pantalla, para que Christopher McQuarrie filme al personaje en el escaparate de las ciudades y construya unas secuencias formidables de velocidad, acción y aventura.
Algo que se supera en las montañas de Cachemira, por el norte de India, donde la posta es sobre helicópteros y en riscos nevados para desarmar esas bolas de plutonio que son nucleares. Y está el FMI, la CIA y el MI6. Y el malo de Solomon Kane, la Viuda Blanca nunca duerme, y menos los terroristas.
La confusión es razonable: ¿Quién nos sigue: la CIA o Los Apóstoles?
Ethan Hunt: "¡Qué más da!".
Gran respuesta.
Otro punto a favor: es una aventura sin aires familiares y sin niños en el reparto.
Otro: no hay grandes reflexiones sobre la vida de un superhéroe y su lado oscuro.
No hay espacio para latosos.
Gran película.
"Mission: Imposible. Fallout". EE.UU., 2018. Director: Christopher McQuarrie. Con: Tom Cruise, Henry Cavill, Rebecca Ferguson. 147 minutos. Mayores de 14.