Uno de los problemas de los programas de construcción hospitalaria en que se ha embarcado el país es la falta de profesionales y técnicos para llenar los cargos que requieren las nuevas instalaciones. Salud ha estimado que se necesitan más de 16 mil trabajadores adicionales para los recintos que entrarán en servicio de aquí al año 2022. Aunque se dispone de los recursos, el problema es conseguir el personal: médicos, enfermeras y matronas, así como técnicos en distintas áreas de la salud.

De hecho, incluso en los casos de hospitales que no son nuevos, sino una reposición de alguno existente, normalmente existe una mayor capacidad que en los originales. En el caso de los nuevos, en tanto, todo el personal debe ser contratado. La situación sugiere la existencia de otra dimensión de dificultades organizacionales en el Ministerio de Salud, al observar que un programa tan importante como este no parece haber considerado el diseño de una estrategia eficaz para enfrentar el tema.

En realidad, son varios los problemas que complican la contratación de personal sanitario por parte del Estado. A menudo, el sector privado ofrece condiciones económicas más interesantes. Se agrega a ello el menor atractivo que para muchos especialistas supone el irse a regiones, no solo por las implicancias del traslado, sino también porque en muchos casos ello significa quedar al margen de los últimos avances y tecnologías útiles para el perfeccionamiento profesional. Pero tal vez el problema principal sea el insuficiente egreso de profesionales y técnicos en áreas de la salud. El país tiene aproximadamente un tercio de los médicos por cada mil personas con que en promedio cuentan los países de la OCDE, e incluso menos médicos por habitante que la mayor parte de América Latina. El caso de los especialistas es aún peor, por las reticencias corporativas ante cualquier ampliación de la oferta, incluso cuando los recursos para las respectivas becas de especialización se encuentran disponibles. En otras áreas profesionales, como enfermeras, matronas y técnicos de la salud, la oferta también es baja, si bien la situación parece estar cambiando debido al aumento de instituciones de educación superior que entregan esta formación.

En esas circunstancias, se entiende la creciente presencia de médicos y personal extranjero en la red pública, si bien situaciones como la existencia de más de mil profesionales que se desempeñan allí sin haber aprobado el Examen Único Nacional de Conocimientos de Medicina (Eunacom) abre inevitables interrogantes, tanto sobre la calidad de la atención que se presta como de la idoneidad de dicho examen.