Pascal Laugier pertenece a una generación de directores franceses que se especializaron en el cine de horror, con películas sobre dolores infernales y encierros extremos, en el registro del género en su versión más sanguinolenta, cruel y sádica.
"Mártires" (2008), su título de culto, y "El hombre de las sombras" (2012), comparten con "Pesadilla en el infierno" un notorio protagonismo femenino tanto para las víctimas como para las victimarias, donde los hombres están para los golpes y mandados, su rol es la brutalidad física y en ningún caso pertenecen al tramado principal y decisivo.
Las películas de Laugier, en algún momento, se quiebran, giran y rompen el relato lineal, porque el director busca la desorientación y el desconcierto, tanto de los protagonistas como de los espectadores.
"Pesadilla en el infierno", en el inicio, es el viaje de Pauline (Mylene Farmer) con sus dos hijas adolescentes, Beth y Vera, donde la primera escribe cuentos de terror y admira a Howard Phillip Lovecraft, y la segunda la envidia y resiente sus talentos.
Van en busca de una casa solitaria y abandonada que les dejó una tía que acaba de morir. Está situada en un páramo, hay niebla espesa, la luz dentro del caserón apenas funciona, crujen las habitaciones y el sótano; están solas, es medianoche, puede ocurrir lo peor, y lo peor, porque está en el clima, el género y en el implícito, por cierto que sucede.
Pero esa no es la historia.
En un punto la película se revuelve y salta a la ciudad de Chicago, donde Beth (Crystal Reed) es una mujer joven y una famosa escritora de novelas de terror y su último título es el de la película, precisamente: "Incident in a Ghost land", donde relata lo que alguna vez le sucedió a su madre, a su hermana y a ella en un caserón que todavía se levanta solitario, misterioso y lúgubre.
En este recodo del camino hay una conclusión evidente que está en el género: los sucesos de esa noche terrorífica permanecen en la memoria de Beth, y por esa pesadilla se convirtió en escritora, pero el pasado aún la persigue y vive con ella.
Pero esa tampoco es la historia.
Pascal Laugier desarma y rearma con golpes de efecto, excesos y siempre con desparpajo, porque en esto no tiene límites y todo se debe extremar, también la coherencia y la verosimilitud.
Es capaz de crear un clima turbio y circense, de barraca de feria, con estantes para brujas, ogros, muñecas y jaulas para los atrapados.
En sus imágenes respiran retazos de películas admiradas, seguramente: es la vieja Baby Jane Hudson, quizás la matanza de la sierra eléctrica o las colinas con ojos. Es un sitio donde todo hace daño.
Pascal Laugier quiere llegar desesperadamente a una frase tantas veces dicha en el género de terror: es peor de lo que se imaginan.
Esa es la historia.
"Incident in a Ghost Land". Canadá-Francia, 2018. Director: Pascal Laugier. Con:Crystal Reed, Anastasia Phillips, Mylene Farmer. 91 minutos. 14 años.