Señor Director:

El reciente anuncio de modificación al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) sobre "fortalecimiento de la protección ambiental" pone el acento en tres aspectos: creación de tres macrozonas, participación ciudadana y certeza jurídica.

Un rápido análisis sobre estas cuestiones permite concluir que el efecto puede ser contrario al anunciado en razón de la profundización de las asimetrías que se vislumbran. En efecto, la toma de decisiones a nivel de macrozonas debilita la representatividad de las regiones, cuestión clave en el conocimiento de las vulnerabilidades del territorio y la definición de la vocación del mismo, lo cual acentúa la asimetría territorial. A su vez, la incorporación de un mecanismo de participación ciudadana anticipada conducida por el titular del proyecto deja a las comunidades en un pie de clara asimetría respecto del titular, quien es juez y parte en el proceso de diálogo. Lo anterior se exacerba en un contexto en el cual el Ejecutivo considera que "un buen proceso de evaluación de impacto ambiental es aquel en el que el "no" sea temprano, y el "sí", definitivo, pues la inmovilidad absoluta de las decisiones de la administración en este ámbito supone un contexto ideal en el que el estado del medio ambiente es estático, nada más lejano a la realidad de un planeta marcado por un clima cambiante, que exige, por el contrario, capacidad de adaptación del sector público y el privado a los nuevos escenarios climáticos.

Dra. Pilar Moraga
Investigadora CR(2) y académica Facultad de Derecho U. de Chile

Dra. Verónica Delgado
Investigadora CR(2) y académica Facultad de Derecho U. de Concepción