La señora Hamida (Tassadit Mandi) es de origen argelino, vive en Francia desde 1967 y protagoniza el mejor capítulo de "La comunidad de los corazones rotos": una historia absurda, cómica y delirante, pero también un relato modesto y quizás con aspiraciones, pero dentro de un marco razonable, donde hay más sainete y entremés que cualquier otra cosa.
Esta es una película compuesta por tres relatos que progresan en paralelo y se alternan en su desarrollo.
El punto de unión, eso sí, es un edificio de departamentos pobre y desvencijado, con unos moradores que padecen ascensores estrechos, pasillos sucios y largos días de soledad.
El cuento del señor Sterkowitz (Gustave Kervern) y una enfermera (Valeria Bruni Tedeschi) es con trazos gruesos y luces de neón que van a subrayar lo que a todas luces es evidente: son vidas tristes y dañadas que se buscan y necesitan desesperadamente.
Es un capítulo artificial, infantil y pomposo que apenas se sostiene en pie.
El segmento de una actriz en vías de decadencia tiene un valor agregado inevitable, porque es la gran Isabelle Huppert la que interpreta a Jeanne Meyer. Una mujer que aún conserva los videos de sus antiguas interpretaciones en blanco y negro.
La actriz vive una época de olvido y abandono, y el único espectador de sus películas es un vecino de nombre Charly (Jules Benchetrit), un adolescente que la escucha y ayuda, aunque sus películas más bien lo aburren.
Quizás no es un gran episodio, pero Isabelle Huppert es capaz de otorgarle intensidad e inquietud a cualquier historia.
Y ese personaje de Jeanne Meyer, la actriz derruida, por supuesto que no es ella y quizás no se le parece, pero algún día podría serlo.
En todo caso la mejor ocurrencia de la película es de la señora Hamida, precisamente, cuando confunde a un astronauta con un testigo de Jehová.
Las conversaciones de un héroe de la NASA, John McKenzie (Michael Pitt), con la mujer argelina que lo cobija en su departamento, tienen la virtud de mezclar tecnología de punta con racismo corriente y burocracia espacial con el franco cariño de una madre.
Esta historia de "La comunidad de los corazones rotos" es la que mejor consigue los propósitos del director Samuel Benchetrit: sarcasmo e ironía, por cierto, pero también piedad y conmiseración con sus protagonistas y el mundo donde viven.
"Asphalte". Francia, 2015. Director: Samuel Benchetrit. Con: Isabelle Huppert, Michael Pitt, Gustave Kervern. 112 minutos. Todo espectador.