La historia cuenta que en la antigua Atenas el tirano Pisístrato, para proteger su poder, optó por brindar todos los cargos políticos a sus amigos y familiares más cercanos. Más tarde, en el Imperio Romano, famoso fue el caso de Pompeyo, quien otorgó importantes responsabilidades a su yerno, pese a su nula capacidad. En la Edad Media, algunos papas son conocidos por haber elevado a sus parientes a cardenales de la Iglesia. Otro caso famoso fue el de Napoleón, que nombró rey de España a su hermano Pepe Botella. Y en el siglo XX, John F. Kennedy nombró a su hermano Robert F. Kennedy como fiscal general, con un evidente conflicto de interés.
¿Es la nominación de Pablo Piñera, como embajador en Argentina, un caso similar? ¿Se le puede considerar nepotismo?
"Nepotismo" suele tener ciertas características comunes (las que no necesariamente se dan en conjunto): que el nominado no esté capacitado para el cargo, que la contratación sea escondida o que el nominado pueda beneficiar a quien lo nominó.
¿Se dan estas características en el nombramiento de Pablo Piñera?
Se ha dicho insistentemente y de forma transversal estas semanas: Si bien Pablo Piñera no tiene conocimientos diplomáticos, posee la capacidad de sobra para desempeñarse como embajador. De eso pocas dudas caben. Economista, ex consejero del Banco Central, ex director ejecutivo de TVN, nadie podría decir que cumple con la "primera regla" del nepotismo, que es la de nombrar a un inepto.
En segundo lugar, esta no es una nominación oculta, como fue por ejemplo la señora del político francés Fillon (que le terminó costando la elección al conocerse que recibió miles de euros sin que nunca se presentara a trabajar). No es oculta como los muchos parientes que hacen "trabajos" para las municipalidades. No es oculta como la tres veces negada esposa del ex senador Naranjo. No. No hay nada más público que la nominación de un embajador, y -por lo tanto- tampoco cumple la regla clásica del nepotismo que es nombrar a alguien amparado en el bajo voltaje eléctrico.
¿Le beneficia de algo a Piñera la nominación de su hermano? ¿Existe un potencial conflicto de interés como existía entre los hermanos Kennedy? En absoluto. El embajador en Argentina de poco puede ayudar al Presidente de Chile a beneficios, gustos o prebendas personales.
¿Qué significa, entonces, la nominación de Pablo Piñera en Argentina?
Claramente, no significa nepotismo. Significa, más bien, no entender a cabalidad la importancia de la estética política. Significa no comprender que los estándares de Chile cambiaron. Significa que no porque en Cachagua se comprenda que esto no es nepotismo, por los valores propios del "Polo", ello no será malinterpretado por la opinión pública. Significa que se echan por la borda las críticas que el propio Piñera le hizo a Goic ("quiero decirle a la familia Goic que yo entiendo su preocupación, porque es la familia que tiene más miembros apitutados en la administración pública") y que ellas pudieron ser tremendamente injustas.
Por cierto, la oposición tiene un tejado de vidrio enorme para criticar. Fueron muchos los casos de real nepotismo los que existieron en sus gobiernos. Quizá el más emblemático fue el de la propia Presidenta Bachelet, quien nominó a una persona sin pergaminos y que, lo que es peor, usó La Moneda para fines espurios.
Los límites del nepotismo y de la estética son a veces bastante difusos. Por esa razón, muchos países han legislado o están legislando sobre la materia. En Estados Unidos, seis años después del caso Kennedy se promulgó la "ley Bobby Kennedy", precisamente para evitar el nepotismo. Mientras que en Francia el escándalo de nepotismo tras el caso de Fillon significó que el Parlamento francés aprobara la llamada "Ley de confianza en la vida pública". En Reino Unido, actualmente se planea prohibir a los legisladores que contraten con dinero público a sus cónyuges y a otros parientes.
Tras un primer mes impecable de Piñera, la nominación del hermano significó una luz amarilla. Y si bien no es un caso de nepotismo, es un desaguisado de proporciones. Y la única salida es la renuncia del propio nominado. El "dar un paso al costado", el "no querer perjudicar al Presidente", el "se comprendió mal" deberá ser esgrimido prontamente. Cualquier otra salida tiene costos mayores.
La pregunta final que deja el caso es quién está actuando de contrapeso al Presidente, para que le haga ver las "malas ideas" como estas. Quién es el Boeninger de Aylwin; quién es el Troncoso de Frei; quién es el Ottone de Lagos; quién es el Eyzaguirre de Bachelet. Quién es el par. Quién le puede decir a Piñera "esto no". Eso es, probablemente, lo que ha quedado más en entredicho en este caso. Se podrá resolver, e incluso si no se resuelve terminará siendo una anécdota. Pero errar tan gruesamente en algo chico da pie para errar gruesamente en algo grande. Y eso es lo más importante de corregir cuando un gobierno está dando sus primeros pasos.