En medio del bosque hay una misteriosa cueva desde donde se oyen voces familiares para quienes estén cerca. Es una ¿criatura, demonio o espíritu? capaz de encontrar en cada quién la voz precisa para engatusar a cualquiera y llevarlo hacia el terror de lo desconocido. La historia sigue a Hee-yeon, una madre que perdió a su hijo pequeño hace unos años y que se enfrentará a las voces ya en un precario estado de cordura. Una película de terror muy bien actuada que es casi pura atmósfera y misterio, y que no hace mucho por hacerle las cosas fáciles al espectador occidental promedio. Con una historia quizás demasiado complicada y un clímax que va a generar más preguntas antes de dar alguna respuesta, es una experiencia que puede ser tan frustrante como inquietante, y donde la imaginación propia es la encargada de llenar la oscuridad en la pantalla. Si es que la imaginación colabora, claro. Porque para muchos, un montón de voces terroríficas no será suficiente.
"Jang-san-beom". Corea del Sur, 2017. 100 min. T.E.