Jean Palou Egoaguirre
A las 14:18 horas locales (16:18 de Chile), el Presidente Pedro Pablo Kuczynski salió por última vez del Palacio Pizarro. Lo hizo por la puerta principal, aquella que da a la Plaza Mayor de Lima, mientras hablaba relajadamente por teléfono y se despedía con un gesto de un grupo de colaboradores que le aplaudía y lo acompañó hasta las escaleras. Minutos antes se había reunido con su gabinete ministerial y había firmado su carta de renuncia a la Presidencia de Perú tras un año, siete meses y 21 días en el poder, en medio de una crisis política por acusaciones de presunta corrupción y compra de votos que lo había dejado sin salidas posibles. Ante una destitución casi segura en el Congreso, el Mandatario decidió adelantarse, no sin antes esgrimir una defensa final.
"Lo mejor para el país es que yo renuncie a la Presidencia de la República, porque no quiero ser un escollo para que nuestra nación encuentre la senda de unidad y armonía que tanto necesita y que a mí me negaron. No quiero que ni la Patria ni mi familia sigan sufriendo con la incertidumbre de los últimos tiempos", afirmó Kuczynski en su mensaje, en el que acusó la "constante obstaculización y ataques" que enfrentó "desde el primer día de gobierno" por parte de la mayoría legislativa del partido fujimorista Fuerza Popular.
"Esta confrontación política ha creado un clima de ingobernabilidad que le hace un enorme daño al país y no nos permite avanzar", lamentó Kuczynski, escoltado por parte de su gabinete, a la vez que anunció una "transición constitucional" que implicaría el juramento en el cargo del primer Vicepresidente, Martín Vizcarra, quien hasta ahora es embajador en Canadá.
Más tarde, el Congreso peruano anunció que hoy debatirá la renuncia de "PPK" -un sector de la izquierda dijo que se inclinaba por rechazarla y destituirlo- y la votará el viernes. Solo ahí podrá asumir Vizcarra como Presidente de Perú hasta el final del actual mandato en julio de 2021.
El primer Vicepresidente confirmó anoche que regresará a Perú para ponerse "a disposición del país, respetando lo que manda la Constitución" respecto de la sucesión presidencial. "Estoy indignado por la situación actual, como la mayoría de los peruanos. Pero tengo la convicción de que juntos demostraremos una vez más que podemos salir adelante", expresó en Twitter.
El presidente del Congreso, el fujimorista Luis Galarreta, aseguró que las seis bancadas de oposición han dicho que respaldarán a Vizcarra cuando asuma la Presidencia y destacó que la relación será "la misma, como se ha mantenido" con "PPK". "El gobierno ha tenido dos votos de confianza aprobados, dos presupuestos aprobados. Pero si ustedes me dicen: ¿un ministro no va a ser interpelado si hay un hecho de corrupción? Es obligación del Parlamento interpelar", dijo a la prensa.
"Épocas tristes"
En su carta de renuncia, Kuczynski criticó que en su gobierno enfrentó recurrentes interpelaciones, censuras de ministros y finalmente un proceso de vacancia presidencial que, en su opinión, no se llevó a cabo "de manera alturada, transparente y sin alteraciones", como debió ser. "Han sucedido hechos que recuerdan épocas tristes que se produjeron en el pasado y que esperábamos ya estuvieran superadas en el país", dijo el renunciado Mandatario, quien citó una serie de informes defectuosos, filtraciones y grabaciones que habrían sido manipuladas para perjudicarlo.
Kuczynski habría enfrentado hoy en el Congreso una segunda moción de vacancia presidencial, tras aquella que sorteó en diciembre, acusado por Fuerza Popular y sectores de la izquierda de "incapacidad moral permanente" luego de destaparse que una empresa suya firmó contratos con la constructora brasileña Odebrecht entre 2004 y 2007, que él en un principio negó (ver nota en A 6), cuando "PPK" era Primer Ministro en el gobierno de Alejandro Toledo.
A comienzos de semana, la correlación de votos en el Congreso todavía era estrecha y no se daba por segura la destitución; sin embargo, el martes el fujimorismo difundió un video en el que Kenji Fujimori, disidente de Fuerza Popular y aliado circunstancial de "PPK" -quien indultó a su padre, el ex Presidente Alberto Fujimori-, aparece intentando convencer a otros parlamentarios de que apoyen al Presidente a cambio de obras públicas en sus distritos. Esa grabación, que la oposición y parte de la opinión pública interpretó como compra de votos, terminaría sellando el destino de Kuczynski, con llamados de dirigentes del propio oficialismo -incluso uno de sus ministros, Carlos Bruce- pidiendo que dé un paso al costado "por dignidad".
Su panorama solo empeoró cuando Galarreta anunció ayer un proceso de acusación constitucional para desaforar a cinco congresistas por presunta compra de votos, entre ellos Kenji Fujimori y la actual Primera Ministra, Mercedes Aráoz.
En su carta de renuncia, Kuczynski desmintió cualquier acto de corrupción. "He trabajado casi 60 años de mi vida con total honestidad", se defendió, y acusó a la oposición de armar una "artimaña de demolición" en su contra.
En las calles del país no hubo grandes manifestaciones a favor o en contra de la renuncia de Kuczynski, quien sí salió a agradecer a medio centenar de simpatizantes que llegó a las afueras de su casa para darle apoyo.
"En su último mensaje, Kuczynski se ha defendido hasta el final y ha hablado de una confabulación en su contra. Yo creo que en buena medida, eso es cierto: Keiko Fuijimori y Fuerza Popular nunca aceptaron su derrota en la segunda vuelta en 2016 y no pararon hasta esto. Le pusieron todo tipo de piedras en el camino", comentó a este diario Luis Benavente, director de la consultora Vox Populi, quien consideró que finamente el Mandatario "se quedó sin opciones y era insostenible su gobierno" tras el escándalo de los videos: "Todo cambió el martes, con la difusión de estas grabaciones. Hasta el lunes había de 16 a 20 votos de congresistas que podían cambiar y la tendencia era favorable a Kuczynski. Muchos pensábamos que no lo vacaban. Pero cuando sale el video era difícil que un congresista votara en contra de la vacancia, porque hacerlo significaba ponerse bajo sospecha".
Ahora se espera una transición relativamente tranquila, aunque en los medios peruanos era comentado el rumor de que Kuczynski podría buscar asilo para evitar un proceso penal en su contra. Incluso, se habló de EE.UU., país del que "PPK", un ex banquero de Wall Street, tuvo hasta hace poco la ciudadanía.
Ante la duda, anoche el fiscal Hamilton Castro, jefe del Equipo Especial Anticorrupción del Caso Lava Jato, solicitó al Poder Judicial el impedimento de salida del país contra el renunciante Presidente. Esto, para "asegurar" su presencia en Perú mientras se desarrolle la investigación en la que fue incluido por los pagos que realizó Odebrecht a las empresas First Capital, Westfield Capital y otras.
"Estoy indignado por la situación actual, como la mayoría
de los peruanos(...) Por ello regreso al Perú para ponerme
a disposición del país".
Martín Vizcarra.
Esquirlas de la guerra de los Fujimori
La guerra política en la que están enzarzados los hijos del ex Presidente Alberto Fujimori sumó ayer una batalla decisiva, en la que el gran perdedor es Kenji, el hermano menor de Keiko.
Kenji (37) es conocido en Perú por ser el hijo preferido del ex Presidente. Fue él quien siguió siempre junto a su padre luego de que este se separara de Susana Higuchi. No lo abandonó en la cárcel, lo acompañó en los peores momentos y en diciembre logró su indulto tras supuestamente negociar con Pedro Pablo Kuczynski para votar en contra de su primer intento de destitución, enfrentándose a Keiko, quien apoyaba la vacancia.
La rivalidad entre los hermanos había aflorado en 2016, cuando Keiko postuló a la Presidencia por Fueza Popular (FP) y fue constantemente criticada por Kenji, quien incluso llegó a declarar que "si ella pierde ahora, yo seré candidato el 2021".
Ayer, luego de que FP, la colectividad que lidera Keiko, difundiera los videos en los que se intenta sobornar a congresistas para que se opusieran a la destitución de Kuczynski, y en los que Kenji -que fundó su patido Cambio 21- está implicado, este la acusó de tener una "actitud delincuencial" y de "tergiversar la información".
Este caso "ha sido un golpe demoledor para Kenji, y la que ha resultado victoriosa es su hermana Keiko y su grupo. Ellos le van hacer pagar caro y probablemente lo saquen del Congreso. Políticamente ha quedado, no diré destruido, pero sí muy golpeado ", dijo a "El Mercurio" el analista Fernando Rospigliosi.