Señor Director:

Agradezco la respuesta de las ex autoridades del Ministerio de Minería a mis cuestionamientos al contrato especial de operación (CEOL) otorgado a Codelco, quienes recurren a una serie de explicaciones que solo intentan revestir de seriedad a una operación que fue del todo innecesaria e imprudente.

En efecto, es bien sabido que las empresas estatales, como Codelco, no requieren de un CEOL para explorar y explotar el litio, pues su autorización emana directamente del texto constitucional. Así, el CEOL otorgado a Codelco, a través de una filial especialmente creada al efecto solo tiene por objeto "bloquear" el ingreso de nuevos actores privados en el Salar de Maricunga, sin motivo ni justificación.

Por otro lado, llaman la atención la agilidad y el entusiasmo con que se sacó adelante el decreto que fijó las "condiciones y requisitos" del CEOL para Codelco, con total ausencia de transparencia, mientras que el reglamento que se anunciaba con bombos y platillos para permitir el acceso de privados a la explotación del litio quedó durmiendo el "sueño de los justos" en el escritorio de algún funcionario del ministerio.

Conocida era la voluntad de la administración anterior, con excepción del Ministerio de Economía, por entregar la explotación del litio al Estado a través de Codelco. También resultaba evidente la indiferencia del anterior gobierno hacia la minería privada y la excesiva preferencia hacia la minería pública, tal como lo refleja el escaso entusiasmo de las ex autoridades por sacar adelante un reglamento que permitiera el acceso igualitario y no discriminatorio de todo interesado en ingresar al negocio del litio.

Concuerdo con la necesidad de abordar el tema del litio con seriedad, pero el otorgamiento del CEOL a Codelco en la forma explicada hace que precisamente esta operación carezca de aquel crucial elemento. No contribuye tampoco a la seriedad para abordar este tema el que el CEOL se haya otorgado a la minera estatal a solo horas del cambio de mando. Esta operación de "última hora", al igual que muchas otras realizadas por el anterior gobierno en otros ámbitos, no solo revelan la total ausencia de seriedad, sino que además le agregan un toque de imprudencia difícil de justificar.

Francisco Orrego B.
Ex subsecretario de Minería