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Cartas
Domingo 18 de marzo de 2018
Carabineros: Acciones concretas y decididas
El profesor Robert Klitgard, en un intento por predecir los espacios institucionales donde la corrupción tiene más facilidad para ocurrir, propone una ecuación simple pero reveladora, M+D-T=C, donde C es el nivel de corrupción en una institución, D es el nivel de discrecionalidad que tiene una autoridad para tomar una decisión, M es el número de personas que tienen el monopolio del poder de decisión, y T es transparencia.
Un simple análisis de las variables de esta ecuación evidencia que Carabineros de Chile está expuesto a diversos riesgos de corrupción. Estos riesgos son propios de la función policial, los que se ven aumentados por el carácter militarizado de nuestra policía, que importan una cultura de la discrecionalidad, donde predomina el secreto, la falta de cuestionamiento a la autoridad interna o jerarquía disciplinaria y los escasos mecanismos de control en las diferentes tareas que cumple el personal policial, entre otros factores.
El camino hacia construir soluciones que logren hacer frente a la corrupción no es fácil, requiere diversas miradas, disciplinas y, por sobre todo, las capacidades de liderazgo de actores sociales y estatales. En este esfuerzo de construir conjuntamente soluciones que hagan frente a la crisis por la que atraviesa la institución policial, Chile Transparente ha manifestado, tanto en medios de comunicación como ante la Comisión Investigadora del fraude en Carabineros en la Cámara de Diputados, que una de las vías a las soluciones debe apuntar a un rediseño institucional, que desarrolle e instale capacidades organizacionales y sobre todo fortalezca el ánimo de querer hacer bien las cosas. Ello se considera fundamental para disminuir los riesgos que influyen en la existencia de corrupción.
Los cambios ocurridos esta semana, desde la instalación de un nuevo gobierno a la salida del ex general director Bruno Villalobos, abren una oportunidad para generar un modelo de gobernanza institucional que logre integrar a civiles y uniformados en la tarea de redefinir una institucionalidad casi centenaria, que la corrupción ha horadado.
Las medidas que se adopten deben ser capaces de generar e instalar una cultura de la integridad en Carabineros, donde el valor del servir, el bien común y por sobre todo resguardar la seguridad y la vida de las personas sea el centro de las preocupaciones de todo uniformado. Ello requiere comenzar con la actualización de la formación de los postulantes, el fin de unidades internas con bajos niveles de coordinación, un efectivo sistema de denunciantes de corrupción, disciplina y castigo al personal corrupto, detención e investigación temprana y auditoría externa, dotando de mayores atribuciones y recursos a la Contraloría General de la República.
Además de los esfuerzos en la prevención y monitoreo constante, se requiere contar con un mecanismo que permita investigar adecuadamente hechos de corrupción cuando las medidas preventivas fallan. Es por ello que se considera importante la creación de una Comisión de Integridad Policial, a la usanza de policías foráneas, que, de manera autónoma e independiente de las autoridades policiales, se encargue de investigar y sancionar denuncias y hechos de corrupción al interior de la institución.
Recuperar la confianza de la ciudadanía en la institución policial es de carácter urgente y requiere de acciones concretas y decididas, no de señales políticas ambiguas. Requiere de apertura institucional y no de medidas aplicadas en el silencio de la noche. Requiere de la acción conjunta de diversos actores públicos y sociales, y de considerar los aciertos y fracasos de experiencias vecinas. Este es el camino más adecuado cuando queremos cerrar las puertas de forma definitiva a la corrupción.
Llegó el tiempo de la acción y de la recuperación de confianzas y de señales decididas de autoridad, pero también de apertura, para que, con soluciones colaborativas, basadas en experiencias exitosas a nivel internacional, se inicie un camino de reformas que perduren, limiten los riesgos de corrupción y generen una reacción rápida e implacable ante la comisión de delitos que atenten contra el patrimonio fiscal y la fe pública.
Carabineros de Chile es una institución necesaria, querida y respetada. Pero eso no debe dar lugar a la complacencia. Es mejor actuar para mantenerla querida.
Manuel Marfán; Ramiro Mendoza; Luis Bates; Fernando Coloma; Álvaro Rojas; Fernando Montes; Gonzalo Biggs; Susana Sierra; Francisca Valdés; Drina Rendic; Alberto Precht
Chile Transparente