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Cartas
Viernes 23 de febrero de 2018
Crisis de la DC
Señor Director:
La crisis de la DC es mucho más profunda de lo que parece, porque no es una crisis política solamente, sino una crisis de valores.
Fui testigo y participé en los comienzos del partido. Sus fundadores eran fervientes cristianos, y cuando se dice que no fue, ni es, un partido confesional, lo que quiere decir es que no se cuestionan las creencias religiosas, pero sí se exige compartir los ideales y una ética, inspirada en el modelo de vida que se desprende de las enseñanzas que Cristo nos legó, y si nos detenemos a pensar en una sola frase de su doctrina, “Amaos los unos a los otros”, podremos apreciar que en ella se encuentran los valores más importantes de su mensaje: La justicia social , la solidaridad y la ayuda mutua; desterrar la ambición de poder como producto del ego por una auténtica vocación de servicio para el bien común.
La Falange Nacional y el joven Partido Demócrata Cristiano respondían a esos ideales. Y en los comienzos se logró un gran fervor, y cientos de jóvenes entraron al partido. Recuerdo lo emocionante que fue “la marcha de la patria joven” y el triunfo de Eduardo Frei Montalva, que despertó una enorme esperanza en toda América Latina.
Lo que ocurrió después se debió a que a la gente joven que no sabe esperar no le parecieron suficientes las reformas iniciadas por el gobierno y comenzaron a proliferar los grupos que querían una revolución profunda sin medir las consecuencias. Lo que vino después duele recordarlo, y todos lo sabemos; las mejores intenciones e ideales se fueron al tacho y vivimos la página más negra de nuestra historia.
Todos estos recuerdos históricos que pueden parecer innecesarios, creo que hay que tenerlos presentes a futuro.
De la crisis de la DC no se sale buscando alianzas. ¿Por qué tenerle tanto miedo al camino único? Yo creo que en un momento como este hay que volver a los inicios, estar por encima de la derecha y de la izquierda, sin mirar como enemigo a ninguno de los dos lados y estar con el lado que en la acción política represente nuestros ideales.
Sylvia Soublette