La globalización económica de Chile está a la par de los países desarrollados más abiertos. También en globalización política hemos alcanzado los niveles de países desarrollados. No así en globalización social, donde estamos apenas en el promedio mundial. Por ejemplo, estamos bastante por debajo de los países desarrollados en comunicaciones personales internacionales, uso de internet y población extranjera.
Hay cuatro políticas internas que apoyan la integración sostenible de Chile al mundo: la conducción de las relaciones exteriores (RR.EE.), los acuerdos internacionales, la política de migraciones y la seguridad nacional. En estas áreas, la gestión de Bachelet II ha sido muy dispareja.
Relaciones Exteriores
Una larga tradición republicana marca la conducción profesional de las RR.EE. del país, orientada a preservar los intereses de la nación. La gestión del ministro Muñoz ha continuado con esta política de Estado. Entre sus mayores logros están los nuevos acuerdos económicos y de integración, las iniciativas de protección de océanos y áreas marinas, y la defensa de nuestra soberanía territorial en el juicio de La Haya.
Contrasta esta gestión del ministro con algunas omisiones y acciones de la Presidenta Bachelet en derechos humanosy en RR.EE. La Presidenta jamás ha recibido a víctimas de violaciones de derechos humanos en Cuba y Venezuela. Más aún, la Presidenta acaba de culminar sus visitas de Estado, en enero de 2018, con su último viaje a Cuba. Ella se dio un gustito personal e ideológico para despedirse de su amigo Raúl Castro, jefe de un estado totalitario, que viola sistemáticamente los derechos humanos de su población empobrecida y explotada desde hace 59 años. A diferencia de su visita a Cuba en 2008, cuando Bachelet I "logró" una adhesión del dictador Fidel a la ilegal causa marítima del dictador Evo, al menos Bachelet II no cosechó nada para Chile -nada negativo, ni positivo- en esta última visita a este estado caribeño que es hostil a los intereses de Chile. Aplausos para el ministro Muñoz, quien se marginó de esta visita presidencial.
Acuerdos internacionales
Chile es uno de los países económicamente más integrados del mundo, a consecuencia de su apertura comercial y financiera unilateral, y de los acuerdos bilaterales y plurilaterales, tanto comerciales como de integración más amplia, que el país ha suscrito con más de 65 países.
Esta integración ha continuado bajo la administración actual, con: (i) la profundización de la Alianza del Pacífico (de Chile con Colombia, México y Perú) y su ampliación a cuatro países desarrollados como estados asociados; (ii) los acuerdos de integración y proyectos sectoriales comunes logrados con Argentina y Perú; (iii) la negociación del Acuerdo Transpacífico (Trans-PacificPartnership o TPP), que probablemente será firmado en los próximos meses por sus 11 países miembros, después de la salida de EE.UU.); (iv) la profundización del Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea, en plena negociación actual, que podría culminar en este año), y (v) la profundización de acuerdos bilaterales con Canadá y Uruguay.
Inmigración
Durante la última década llegan crecientes números de inmigrantes a Chile, particularmente latinoamericanos de baja calificación profesional, que huyen de la persecución o la pobreza que sufren en sus países de origen, buscando nuevos horizontes de vida. Muchos de ellos violan la muy mala ley de extranjería vigente, al ingresar ilegalmente al país o al pasar a la ilegalidad cuando vence su visa de turista. Este desborde migratorio llevó al Gobierno a presentar en agosto de 2017 un proyecto de nueva ley de migraciones al Congreso. Considerando su mala calidad, es bueno que su discusión parlamentaria se haya entrampado hasta la fecha.
Seguridad nacional
La seguridad nacional del país se ha debilitado bajo Bachelet II en cinco dimensiones. Primero, el Gobierno no sabe cómo o no quiere enfrentar el creciente terrorismo del sur. Segundo, la creciente tolerancia al consumo y la legalización de la marihuana (que puede justificarse) es inconsistente con la ausencia de una política preventiva del consumo por jóvenes y la inefectividad de la política represiva de bandas de narcotraficantes. Tercero, el Gobierno no ha sabido resguardar adecuadamente nuestras fronteras nortinas, violadas a diario por bandas dedicadas al contrabando, al robo de automóviles y al narcotráfico. Cuarto, la Agencia Nacional de Inteligencia ha sido degradada desde una oficina inoperante a una eventual colaboradora del terrorismo del sur. Quinto, la capacidad disuasiva de las FF.AA. sufre un deterioro creciente debido a la falta de modernización de su equipamiento de defensa. Sexto, la Presidenta llama muy tardíamente a las FF.AA. a controlar situaciones de robo masivo y terrorismo que se producen después de desastres naturales; fue así después del terremoto de febrero 2010 y nuevamente en los incendios que afectaron a medio Chile en enero y febrero de 2017.
Prioridades para el futuro gobierno
El futuro gobierno del Presidente Piñera enfrenta enormes retos para extender los aciertos y corregir los errores y las omisiones de Bachelet II en estas políticas. Como ha demostrado la gestión de la Presidenta, las severas fallas exhibidas en políticas clave -como derechos humanos, terrorismo, migraciones- debilitan el éxito en otras dimensiones de las RR.EE. y la seguridad nacional de Chile. Por lo tanto, se requiere focalización y coherencias en las siguientes prioridades.
Relaciones Exteriores: Formular los objetivos estratégicos 2018-22; revisar los lineamientos sobre la política exterior de Chile al 2030 y revisar el "Informe de Diagnóstico e Implementación de la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible en Chile" (de septiembre de 2017); alinear las acciones del Presidente con los intereses permanentes del país; respaldar el respeto a los derechos humanos en todos los países que los violan, independientemente de su signo ideológico; enfriar las relaciones con países cuyos gobiernos son hostiles a Chile (como Cuba, Venezuela y Bolivia); e intensificar los acuerdos de integración y los proyectos de interés común con Argentina y Perú.
La Haya: Realizar buenos alegatos orales en marzo, a fin de lograr finalmente una reafirmación por la Corte Internacional de Justicia del principio de que "los países ... no estén confrontados al dilema binario de no conversar o, si conversan, corran el riesgo de generar obligaciones jurídicas de cualquier naturaleza". (C. Grossman).
Acuerdos internacionales: Lograr la firma del TPP, del nuevo Acuerdo de Asociación entre Chile y la Unión Europea en 2018 y de un acuerdo amplio y profundo de la Alianza del Pacífico con sus cuatro estados asociados para establecer una integración entre las ocho naciones.
Ley de Migración: Retirar el proyecto de ley del gobierno actual y presentar un nuevo proyecto de ley, que siga los exitosos modelos de las leyes y políticas de inmigración de Australia, Nueva Zelandia y Canadá.
Desarrollar una nueva estrategia sobre seguridad nacional, consistente con: una nueva estrategia y políticas de drogas; el combate efectivo al terrorismo del sur, en el marco de una política integral de reconocimiento y desarrollo de los pueblos originarios; una reforma radical de la Agencia Nacional de Inteligencia; la incorporación institucional de las FF.AA. en resguardar nuestras fronteras, controlar situaciones conflictivas posteriores a desastres naturales y contribuir a la construcción de infraestructura pública en zonas extremas, y un programa de modernización del equipamiento defensivo de las FF.AA.