Ha habido distintas teorías respecto de la visita de la Presidenta Bachelet a Cuba, que terminó a principios de esta semana.
La versión oficial asegura que se trató de una gira de alto interés económico y comercial. Pero, como hemos visto, pocos se tragan esa merluza.
Otra tesis, más creativa, e igual de bacheletista, sostiene que la Mandataria fue a pedirle a Raúl Castro que hable con Evo Morales -sobre quien tiene ascendiente- para que no moleste más a Chile con el asunto de la salida soberana al mar.
Produce un poco de ternura el relato, pero es improbable. E inconducente. Dudo que Raúl le plantee algo así a Morales, y podría apostar un piscola a que Evo no le haría caso. Mal que mal, don Raúl ya está en la bandeja de salida.
Luego está la sospecha más común proveniente de la centroderecha -siempre práctica y económica en palabras-, que es simple: se fue a despedir. A decirle adiós al gurú, al líder político, social, ideológico y espiritual de la izquierda mundial. Al mero-mero.
Number one rapper, best DJ, como diría un
millennial. Yo creo que se queda corta.
Y la última teoría, la conspirativa, la que aún no les ha llegado por WhatsApp, es esta: fue a preparar su tercera reelección a la Presidencia de Chile.
Les doy un momento para que respiren... y se calmen.
(...)
Pero sí, eso es lo que se dice. Por lo menos en mis grupos del "WhatsApp Profundo", donde ocurren cosas muchas veces inconfesables y habitan todos los demonios imaginables.
El argumento es que -como sabemos- al finado Fidel y a don Raúl se les ocurrió que todos los gobiernos afines a la izquierda dura debían tratar de reelegirse hasta el infinito y más allá. Como en Cuba. El chavismo ha hecho caso al pie de la letra, también el "evismo" (me resisto a llamarle "moralismo"), el correísmo en Ecuador, el kirchnerismo... y ahora el plan sería inocularle el mismo bichito a Michelle Bachelet.
"Y por qué no te re-reeliges, mi vida" le habría dicho don Raúl a nuestra gobernante, con ese acento irresistible de los cubanos. El hermano menor de Fidel le habría incluso pasado el "Manual de la Reelección Indefinida (O de Mantención en el Poder Para Siempre)", escrito a fines de los años 50.
Reconozco que esta última teoría es la más sabrosa. Y podría estar basada en la vida real. Pero me cuesta creer que Michelle se tiente.
Bachelet sufrió en carne propia el dicho de que "las segundas partes nunca fueron buenas". No me la imagino queriendo ir por un tercer capítulo.
Además, ya tiene una jubilación dorada resuelta. Estará entre Nueva York y Ginebra, recibiendo homenajes y dando charlas bien remuneradas en otros destinos soñados. Yo apuesto a que la veremos poco por estos lares.
Y, por otra parte, creo que ya llegó la hora de que la generación que viene más atrás se haga cargo y les permita descansar de una vez a los miembros de ese lote que se bancó la UP, el golpe, el régimen militar, el plebiscito y la transición. Eso ya es pasado. Y si los Lagos Weber, los Harboe, Orrego y compañía no se deciden de una vez a entrar en acción, los van a madrugar los que vienen más atrás: los Jackson, los Boric y compañía.
Aunque quizás ya sea tarde. Es posible que los Lagos Weber, los Harboe y los Orrego tengan que empezar a tramitar su jubilación anticipada. Pasó la vieja.