Las películas de Stephen Frears, alguna vez, rondaron por la periferia de Londres y la ciudad multicultural, con personajes locales reunidos con indios, paquistaníes o nigerianos por asuntos de libras, cariño y amor en "Ropa limpia, negocios sucios" (1985), "Sammy y Rosie van a la cama" (1992) o "Negocios entrañables" (2002).
Es una filmografía de casi 50 años, entre cortos, series para la televisión, incursiones por Hollywood y un par de nominaciones a Mejor Director en los Oscar, donde hay una obra ecléctica y difícil de reunir.
En los hechos, y por sus últimas películas, Frears se instaló en la corte y filmó a Isabel II en "La reina" (2006), y en "Victoria y Abdul", a otra monarca de Inglaterra que además fue emperatriz de la India.
Entremedio, "Florence Foster Jenkins" (2016), esa mujer de la alta sociedad de Nueva York, mecenas, mala cantante y una millonaria engañada por los que la rodeaban.
El último dato es que Judi Dench ya estuvo con el director en "Mrs. Henderson presenta" (2005) y "Philomena" (2013).
Esta es una película que coloca en el trono a una actriz de 82 años, la viste con ropajes reales, le otorga los mejores parlamentos y le permite una gama que va del desdén a la glotonería, y de la ignorancia infantil a una generosa humanidad.
La película se construye sobre esta reina Victoria interpretada por Judi Dench, y lo que viene por debajo está por debajo.
La Casa Real celebra en 1887 un jubileo de oro, porque hace medio siglo que la soberana llegó al poder. Desde la India viajan dos sirvientes, con la exclusiva misión de ofrendarle una valiosa moneda del Imperio Mogol.
Y el sirviente que se postra ante ella, se encorva y le besa sus pies es Abdul Karim (Ali Fazal), hombre alto, sereno y apuesto.
La relación entre Victoria y Abdul puede ser por curiosidad, soledad o capricho, pero finalmente secundaria, y más bien un pretexto para que se active el verdadero eje de la película: la corte y el heredero en llamas, porque entre los miembros de la Casa Real y desde luego en Bertie (Eddie Izzard), que algún día será Eduardo VII, surge el horror y la rabia por los favores y prebendas hacia Abdul.
En sir Henry (Tim Pigott-Smith), el doctor Reid (Paul Higgins), las señoras elegantes y desde luego entre el personal de planta, cunde toda la xenofobia posible, con tintes de racismo, clasismo, desprecio, desconfianza e intriga.
Alguien puede llamar al espanto y al desencanto porque Stephen Frears de la periferia saltó hacia el centro, y lo que era un cine social e incómodo se convirtió en un cine histórico y pintoresco.
La explicación es que Frears es de clase media.
Hay que entenderlo.
"Victoria & Abdul". EE.UU.-Reino Unido, 2017. Director: Stephen Frears. Con: Judi Dench, Ali Fazal, Tim Pigott-Smith. 112 minutos. T.E.