Son conservadores nuestros intelectuales de izquierda.
¿Por qué una cultura liberal? En el modelo liberal hay más y mejor rock, literatura, pintura, cine. La libertad económica no está restringida solo al comercio, también afecta a la cultura en un sentido amplio. A diferencia de los modelos de inspiración estatista, el liberalismo democrático ha demostrado más tolerancia a la disidencia, es menos impositivo y dogmático. Las individualidades creativas se expresan libremente, al margen del Estado.
El llamado "modelo liberal" de economía abierta permite el desarrollo de la industria cultural. ¿Es un modelo perfecto? Claro que no. La industria cultural genera competencia excesiva, rankings , se confunde éxito de ventas con calidad artística. Pero el éxito o fracaso de los modelos de sociedad depende del criterio de las personas que los apliquen.
Existe en Chile una derecha conservadora para la cual, en política, la cultura ha tenido un rol casi decorativo. Pero concluir que la cultura es tarea exclusiva de la izquierda no es más que un estereotipo. Durante varios meses, una comisión de cultura estuvo elaborando un programa de gobierno para Sebastián Piñera. Existen personas e instituciones que a través de la cultura han promovido y promueven las ideas liberales en el tejido social. Los ex ministros de Cultura Luciano Cruz-Coke y Roberto Ampuero, la Fundación por el Progreso, el filósofo y cientista político Óscar Godoy, nuestro premio Cervantes Jorge Edwards, el ícono de la contracultura Carlos Leppe, por mencionar algunos. El liberalismo no está huérfano de pensadores, gestores y artistas. La cultura no es patrimonio de nadie. Las expresiones liberales de la sociedad las promueven todos los creadores que trabajan con libertad, audacia, riesgo e innovación.
Jóvenes idealistas quieren relaciones transversales, menos jerárquicas, participativas, desde la sociedad civil. Una cultura liberal puede interpretar sus anhelos. El contexto cultural del mundo cambió junto con la sociedad y la masificación del conocimiento. Ya no existe una línea divisoria entre alta cultura y lo popular; el libre mercado ha permitido al arte entrar en la vida cotidiana y sacarlo de los museos, de la Academia y de lo "oficial". La idea de que lo económico pervierte al arte hoy no se sostiene.
Los desafíos culturales para Chile hoy son muchos: desde la regionalización a la inclusión de la diversidad, incluso de la disidencia. La tendencia de las políticas culturales contemporáneas apunta en esa dirección. Para que avancemos hacia un desarrollo integral como país, la cultura y las artes nos permiten celebrar lo que somos.
¿Qué significa ser chileno hoy? ¿Qué imágenes culturales estamos representando en nuestro país y proyectando al mundo? Durante los 6.000 años de historia, el desarrollo de la agricultura, el arte y la producción tecnológica ha sido posible gracias al intercambio de relaciones culturales entre distintos pueblos. Cultura es expresión de una identidad en movimiento y en relación con otras identidades.
Y, tal vez, el desafío mayor sea humanizar las tecnologías. El arte le da sentido a la técnica.
La revolución 2.0 no es el único camino de transformación social. Hay transformaciones que se pueden hacer perfeccionando lo existente, mejorando las instituciones, sobre valores republicanos, una de las máximas conquistas sociales de la humanidad.
Santiago Elordi